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LA VERDAD OCULTA acerca de la identidad de Spider-Woman yacía en una caja fuerte enterrada no sólo bajo tierra sino también sellada en cemento desde que Gwen supo de la existencia de sus poderes arácnidos. Nadie sabía de ello. Ni sus familiares ni sus amigos más cercanos. Al menos en un comienzo, todos los que conocían bien a Gwen Stacy notaron cambios en su personalidad y actitudes extrañas pero no se percataron demasiado en ello, justificando la situación como cambios normales de la transición de pubertad, aunque ya estuviera al fin de ella.
──Gwen está más loca de lo usual... Me gusta ──había sido el comentario que Mary Jane trajo a mención. ¿Cómo no estarlo? Literalmente había acabado de descubrir que tenía habilidades que nadie más poseía, que era capaz de trepar paredes con simplemente apoyar las yemas de sus dedos en el muro y que su destreza podía superar hasta a un luchador de 90 kilogramos.
Si lo pensaba unos segundos, todavía podía recordar el dolor punzante que le había dado en la mano aquella vez que se había ocultado en los laboratorios Osborn con su mejor amigo. Como si hubiera sido ayer, había memorizado las sonrisas, vestimentas y olores de ambos, como cada momento que pasaba con él. La joven había tenido un enamoramiento con ese chico inteligente poseedor de unos lentes de marco negro, cabello suave y lacio castaño y una ternura transmitida únicamente en aquellos ojos que sonreían junto con sus labios.
Betty Brant la había atrapado mirando al castaño simplemente trabajar en clase mientras Gwen masticaba el borde de su bolígrafo y, con ojos embobados, analizaba los movimientos de su compañero de ciencias, por lo que a partir de aquel entonces, las únicas con conocimiento de sus sentimientos hacia su mejor amigo eran sus amigas: Betty, Mary Jane y Gloria. Claro, además de Algodón De Azúcar, su adorable can blanco, de tan sólo 2 años a quien contaba cualquier secreto que pudiera contener. No era como si su mascota la delataría o algo así.
En cuestión de meses, Gwen había decidido confiar su secreto más íntimo a la persona en quien más podía depositar su vida hasta para las situaciones más peligrosas: el chico de quien la rubia había estado enamorada por años, su mejor amigo, Peter Parker. Tal vez, incluso hoy en día, ese evento seguiría persiguiendo a la superheroína como una de las peores decisiones que había tomado en su vida.
A pesar de eso, a Gwen le gustaba pensar que su identidad como Spider-Woman se debía gracias a él. Peter Parker en su universo había sufrido permanentes acosos, ciberacosos y bullying durante prácticamente toda su existencia. Por lo que la rubia juró proteger a cualquier indefenso que estuviera en manos del mal y convertirse finalmente en un héroe con aquellos dones que le habían sido otorgados ahora meses atrás.
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𝙏𝙃𝙀 𝙊𝙉𝙀 𝙏𝙃𝘼𝙏 𝙂𝙊𝙏 𝘼𝙒𝘼𝙔 | spiderman: no way home
FanfictionALERTA NHW SPOILERS! donde gwen y peter se cuidan la espalda del otro con el objetivo de buscar redención por sus errores basado en la película spiderman no way home.