𝘛𝘢𝘵𝘢𝘳𝘪𝘔𝘰𝘬𝘬𝘦-り蛙祟

Cinco.

—De tal palo, tal astilla—

“¿Por qué no lo entiendes? No deberías meterte en asuntos que no te importan”
-TH

Desde que había tomado el camino de ser madre soltera podía entender el cansancio del que todas hablaban, nunca imaginó que su antiguo estilo de vida era más cómodo de lo que pensaba.

Exactamente a las seis y treinta de la tarde marcó la salida en la oficina, había encontrado rápidamente un empleo como secretaria en una agencia de marketing, de algo le terminó sirviendo su fastidioso taller en el bachillerato.

—Gracias, buena tarde —Se despidió del guardia cuando le selló su boletín de estacionamiento y procedió a encender un poco de música para su camino a casa.

Después de unos cuatro meses en la ciudad aún le sorprendía e hipnotizaba la belleza de la misma, nada comparado al pueblo en el que creció. A pesar de ser un lugar hermoso, la ciudad le regalaba un paisaje lleno de modernidad y urbanismo que sólo podía ver en la televisión, también amaba la manera en que algunos lugares se esforzaban para no perder toques tradicionales y lejanía con la naturaleza.
Por otro lado, en su pueblo avivaban los espacios verdes, llenos de flora y fauna. Recordaba con una cálida nostalgia los ríos y cascadas que adornaban las montañas que le recorrían, esos atardeceres dignos de la más bella pintura, los veranos soleados y refrescantes, así como también los preciosos inviernos.

Si pudiera regresaría a su antiguo hogar.

Lamentablemente tenía que ver por su hijo, YeonJun merecía seguridad y las mejores oportunidades.

—¿Qué quieres, Taehyung? Ya te he dicho que no llames a mi numero, por algo tienes el de mi abogada —Contestó con fastidio luego de reiteradas llamadas perdidas por parte de su casi ex-esposo.

—SeolHyun podemos hacer esto más fácil ¿Sabes? Nos conocemos desde la secundaria —Su voz se escuchaba cansada y dispuesta a implorar más contra la estricta mujer.

—¿Qué quieres? —Insistió con frialdad, la noble y cálida chica que algún día fue ahora era solo un recuerdo que vivía con pesar en el corazón de Taehyung.

—Quiero hablar sobre YeonJun.

—Lo haremos en la corte, ya lo sabes y si por tenías alguna duda, sigo queriendo la justodia completa —Informó mientras aparcaba el auto frente a su casa.

—Precisamente es lo que quiero discutir, pero solo contigo, no jueces, no abogados, nada. Nos conocemos desde hace tanto y creo que nos queríamos lo suficiente como para poder tener una conversación, no es justo para nadie lo que intentas hacer.

—¿No es justo? —SeolHyun habló con clara molestia y exaltandose—. Lo que no es justo es que tu tengas la azaña de jugar al inocente, como si todo el daño que nos hiciste a YeonJun y a mi no haya sido suficiente como para quererte lejos de nosotros ¿Quien te crees que eres?

—Yo sé que cometí errores Seol y créeme que me arrepiento por todo, ustedes jamás debieron de pagar por ellos pero tampoco puedo permitir que obligues a YeonJun a hacer cosas que él no quiere, ¿Crees que el quiso irse a Seúl? ¿Siquiera le preguntaste?

—¿Tenía que hacerlo? Kim Taehyung, tú me orillaste a eso ¡Tuvimos que huir de ti!

La mujer llena de enojo tomó sus pertenencias dispuesta a salir del auto y cortar la llamada lo más rápido posible, lamentablemente pudo notar que su hijo estaba en casa al ver las luces encendidas y lo menos que quería era que los viera discutir, no podía permitirse hacer sentir a YeonJun mal por estar en medio de una disputa, sabía que se lo tomaría a mal.