Uno.

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—TatariMokke—

“Las personas que pasan por los lugares en los que estos espíritus resentidos rondan podrían escuchar sonidos misteriosos y sentir sensaciones inquietantes, ver fenómenos extraños como bolas de fuego flotantes, o pueden tropezar en una piedra y dañarse a sí mismos.”










—Shh.Mandó a callar— Ya he llegado a la escuela, la gente me empezará a mirar raro si me miran hablando contigo Taehyun, hasta luego.

Sin escuchar la respuesta del otro siguió su camino en silencio y sin dejar de ver el suelo, aferrado de su mano izquierda a un par de libros y por la otra a la cuerda de su mochila. Era los comienzos de otoño y por lo tanto las temperaturas habían bajado así que le acompañaba consigo una sudadera colo azul cielo, último regalo que su hermano le dió, y por encima una chaqueta rompevientos negra. Nunca se esforzaba mucho es sus vestimenta pero por alguna razón siempre quedaba satisfecho con los resultados.

Lamentablemente eso no era suficiente para callar los cuchicheos a su alrededor.
Podía escuchar cada uno de los susurro hacia el ¿Era acaso necesario que todos los días repitieran lo mismo? ¿Qué le tuvieran lástima y miedo?

—Por dios, ya pasaron ocho meses —Se quejó entre labios.

¿Y qué? ¿Querías que lo olvidarán en un mes? Merezco que me recuerden por el resto de sus vidas.

—Ya cállate Taehyun —Volvió a repetir, sin embargo no se dio cuenta que esta vez lo hizo en voz alta por lo que algunos a su alrededor le escucharon.

Sonrojado por la vergüenza se apresuró a ir a su aula, lo único que deseaba era que el día terminará rápido y poder descansar en casa nuevamente.

Y que Taehyun dejara de criticar las vestimentas de todos en su oído.









—¡YeonJun ya baja por favor, se hace tarde! —El joven bajó ante el llamado de su madre, a toda velocidad recorrió las escaleras hasta llegar a su lado. Sin molestia alguna se dejó consentir cuando su madre le atrajo para arreglar su chamarra mal puesta— ¿Entusiasmado?

YeonJun se encogió de hombros
—Supongo, creo que me vendría bien conocer a gente nueva... —Un silencio acogió a ambos después que la mujer terminara con la ropa de su hijo, este se sentía incómodo con la petición que llevaba días queriendo pedir
—¿Mamá?

—Dime hijo.

—¿Crees que de regreso a casa pueda pasar a visitar a— le interrumpió con seriedad.

—No, ya lo habíamos discutido.

Tomó entre sus manos sus llaves y su bolso disponiéndose a salir en dirección al auto, YeonJun con prisa le siguió por detrás luego de cerrar con seguro la puerta y a pesar que le llamó varias veces en el transcurso, ella no estaba dispuesta a seguir con aquella conversación.

—Mamá por favor, tiene mucho que no lo veo.

—No exageres, tu cumpleaños fue hace dos semanas. Si mal no recuerdo recibiste una llamada de su parte—Encendió el auto e impartió camino.

—Apenas y pudimos hablar, tú cortaste la llamada como cinco minutos después —Cruzó sus brazos e hizo un mohín, estaba aferrado a recibir una afirmativa como respuesta.

𝘛𝘢𝘵𝘢𝘳𝘪𝘔𝘰𝘬𝘬𝘦-り蛙祟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora