Vela Blanca, Vela Negra [Milex]

4-. CLAVOS DE OLOR

Nick a estado buscando a Alex minutos después desde que terminó de limpiar los trastes — ¡Alex!, por fin te encuentro. No sabes todo el recorrido que me e dado en esta grande casa — hablando entrecortado para tratar de tranquilizar su respiración, O'malley llega donde está Alex.

—Nick por décima vez, tus calcetines de la suerte están debajo de tu cama, por dios hombre, tienes que ser más ordenado — le dice a Nick sin despegar su vista de su libro. Alex esta sentado en el techo de la casa, la ventana de su habitación da hacia ella, por lo tanto no hay mucho que hacer para llegar.

Confundido por lo que acaba de decir su compañero, prefiere ignorarlo por no dejarlo terminar — Tu madre me mandó a buscarte, te quiere en su oficina. Y lo de los calcetines gracias por el dato. Nos vemos luego, Jamie y Matt están jugando a la pelota por sí después quieres venir con nosotros.

Alex dejo el libro que estaba leyendo para escuchar con determinación lo que Nick le está diciendo — ¿no dijo la razón por la que me quiere ahí? .

Nick estaba a punto de irse hasta que se vio interrumpido por Alex — nop, te veo después. Ya sabes como se ponen los chicos si uno no va a jugar con ellos — y así en un abrir y cerrar de ojos, lo que era Nick O'malley de el solo quedaban cenizas cayendo lentamente hasta llegar al piso, significando que uso un hechizo para esfumarse.

Alex sin más se dirigió a la oficina, en llegar se tarda veinte minutos, a veces unos treinta máximo. Pues tiene que entrar a un pasillo, salir de el y después volver a entrar a otro. Alex piensa que porque su hogar tiene que ser así, si nadie más vive en esa casa, solamente sus amigos y sus madres. Si alguien entrará a esa casa verdaderamente pensaría que es un laberinto. Finalmente Turner llegó a la oficina de su madre, al entrar la ve frustrada ojeando hojas por cada libro que revisa, papeles apilados en la mesa en donde trabaja. Alex odia verla así, si tan solo pudiera ayudarla, el problema es que ninguno de los tres menores puede ver los papeles, son todos confidenciales.

—llegue, Nick me dijo que me necesitabas— mientras habla Alex, el va acercándose hasta llegar a la silla que se encuentra al frente de su madre.

La señorita Penny usa lentes, que para cuando Alex llega a su oficina se los quita — si, me entere de la noticia de ayer — Alex abrió los ojos como plato, espera que no le de el peor de los castigos — ustedes tres saben perfectamente que no pueden ocupar magia hasta que sus conocimientos sean mucho mejor, incluso, que ustedes mismos sean mejores nosotras — desde que Alex nació, le tienen prohibido usar magia. Todavía no sabe el porque, ni sus amigos. Siempre se los han recalcado desde que tienen memoria, a Alex le está aburriendo — hijo, no te pondré un castigo, ni que vallas a tu habitación a reflexionar sobre el error. Sabes que esto lo hago por tu seguridad — sus manos son suaves y tibias, su sonrisa es la más dulce que siempre va a amar. Es que Alex realmente ama a su madre y le es imposible no tocar sus manos ni ver su sonrisa tan cálida y real que alguien más podría tener.

— lo se, sabes como a veces es Matt con las cosas que le entusiasman — suelta una risa — no se volverá a repetir, te lo prometo. Te amo mamá — esa fue la última palabra que Alex le dijo a la Sr. Penny para después salir de su oficina y dejar a su madre que siga con su trabajo.

...

Alex va por los pasillos que dan directamente hacia el patio caminando tranquilamente, esta perdido en sus pensamientos. En unos de ellos, tiene pendiente un encuentro con su amiga Agatha que si, precisamente para eso tiene el libro que saco de la estantería. Agatha todavía no le a dicho de qué trata todo esto, supongo que se lo dirá cuando esté con ella, que es probable que sea en un par de minutos. Los pensamientos se vieron interrumpido por una pelota que paso muy cerca de su rostro sin llegarle a golpear, aún que si estuvo muy cerca.