" Y hay veces, que no hay más veces."
Estaba muy a la vista que mi madre y yo éramos muy distintas. Hasta nos gusta la música opuesta. A ella le fascina el rock. Yo, en cambio, me dejo llevar por la música que se escuche más en el momento.
Se que debería hablar un poco más de mi madre, pero me resulta inviable no hablar de mi, estaría mintiendo si dijese que nunca sentí celos de mis amigas y la relación que tenían con sus madres. Lo cierto es que a veces hasta me parecía que ni siquiera existía para mi madre, y por eso me llevaba a ser hostil con ella. Mi pésimo humor hacia su persona era pura excusa para demostrar que no la necesitaba necesitaba y que podía hacer con su amor lo que ella se le diera la gana.
Mi refugio siempre había sido mi abuela Tatiana, su madre. Todos amaban a la abuela Tatiana. O bueno así fue hasta que enfermó. Entonces, nuestras risas por la tarde se apagaron, y las visitas fueron disminuyendo. Cuando La abuela enfermó, mamá dejó su trabajo. Estaba exhausta y solo vivía para mi abuela.Papá conservaba su trabajo de algo teníamos que vivir ,así que antes sentía que había poco para mi, ahora había menos.
Para rematar, cuando las cosas empeoraron, en lugar de pasar más tiempo en casa, papá, Empezó a pasar más tiempo en la oficina. Él decía que necesitamos dinero. Mamá le replicaba una y otra vez que necesitaba ayuda.Y así continuaron los problemas. Para ser franca: Por ese entonces, no tomaba conciencia verdadera de que estaba sucediendo en mi, no entendía la gravedad de la situación y creía que, con el esfuerzo de mamá y papá, la abuela se pondría mejor.
Mamá lo creía también,por eso la llevaba a consultas y a tratamientos médicos todas las semanas .
Mientras , yo seguía con mi rutina: asistía a la escuela, lo pasaba bien con Elizabeth, espiaba a Marco el chico que me gustaba. El viernes , me encontraba en el cumpleaños de Marco. Eli estaba allí conmigo. La verdad era, no nos relacionamos mucho con nadie; Marcó solo nos había invitado porque nos conocíamos desde hace 7 años y estaba peor que nosotras en cuanto a hacer sociales.
De algún modo,con Elizabeth y Carolina, las tres éramos unas marginadas. La música sonaba un poco fuerte. Eli estaba sentada a mi lado chateando con Caro cuando alzó la mirada uno de los invitados empezó a volcar cerveza dentro de un jarrón de las flores de la madre de Marco para beber de allí con sus amigos
-Marco no sabe en qué embrollo se metió al invitar a toda esta gente-bromeó, disfrutando un poco de la escena -. Esta fiesta es más aburrida que una fiesta de geriatrico. Me voy- indico y se dispuso a levantarse-¿nos vamos?
Agarré su muñeca, le di un empujoncito hacia mi para que se inclinara así oía lo que iba a decirle :
-Marco no ha dejado de mirarme.
-¡Porque no lo has dicho antes!- exclamó, riendo.
-También hay chicos que te están mirando . Lo extraño es que se esté fijando en mi.
-¡Eso no es extraño ¡tontina! Eres hermosa, y eso es lo único que les importa. Quédate un poco más. Mas te vale escribirme luego y contarme como te ha ido todo con tu admirador. Ojala valga la pena, aunque lo dudo- me guiño el ojo y se alejó.
A pesar de que éramos muy amigas, Eli no hablaba mucho de su vida. Yo solo sabía que sus padres se habían divorciado hace años, que su madre se había mudado a otro lugar y que ella vivía sola con su padre. Nunca hablaba de su familia ni de problemas personales si se trataban del hogar, y casi nunca nos invitaba a su casa. Aunque era muy hermosa y le atraía a muchos chicos, Eli no estaba interesada en ellos. Solía decir que ninguno valía la pena, que eran todos iguales y que solo les importaba nuestro cuerpo. No creía en el amor, aunque no tenía mucha experiencia. Yo suponía que el divorcio de sus padres la había afectado, aunque jamás me lo diría.
Marco se acercó y se arrimo a mi oído y dijo.
- Sam, hay un taxi afuera. Dicen que tu madre lo mandó para ti.
-¿Mi madre?- pregunte, frunciendo el ceño.
Tomé mi teléfono, que estaba sobre la mesa, rodeado de vasos plásticos, platos y snacks, y revisé los mensajes. Había dos llamadas perdidas de papá y un mensaje de mamá: "te quiero en casa ya".
Fue lo más molesto de la noche, aún más que cuando Carlo dejó caer su bebida sobre mi blusa y abrió la puerta del baño mientras yo estaba en ropa interior, intentando quitar la mancha.
-Gracias- le dije, y salí de la casa recogiendo mi abrigo de un perchero que estaba al lado de la puerta.
Subí al auto, enojada. No podía creer que mi mamá hubiera enviado un taxi por mí, solo porque no me quería en una estúpida fiesta.
Cuando llegamos a casa le pagué al taxi y entre furiosa, mis padres estaban sentados en el sofá.
-¿Por qué enviaste a alguien a buscarme?- me quejé con mi madre. Aunque me quedara en casa ella ni se enteraría que estaba allí, ¿Para que me querían allí?
Mi padre me miró, y yo me quedé paralizada. Estaba bañado en lágrimas. Al mirarme sus ojos volvieron a humedecerse y sollozo:
-Lo siento,Sammy . Tatiana murió.
Si hubiera sabido que esa iba a ser la última vez que te vería te hubiera dicho que te quiero y que jamás te olvidaré.
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El chico Azul Cian
RomanceLlego cuando todo se estaba derrumbando en mi, llego con el primer rayito de la mañana, dando calidez en la oscuridad. Esta es la Historia de Samantha y Alonso, un amor fuera de lo común, pero como todos con altos y bajos.