𝑪𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒗𝒊 𝒖𝒏𝒂 𝒄𝒂𝒓𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒂𝒓𝒆𝒏𝒂

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Bonten estaba en decadencia

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Bonten estaba en decadencia.

Bueno, realmente todo seguía igual.

Los negocios estaban bien, cada acción criminal llevada a cabo resultaba exitosa.

La decadencia venía por parte de los ejecutivos...Y no era exactamente del trabajo.

Kokonoi estaba detrás de unas cajas y a su lado Takeomi tamblaba con inquietud no más que el obsesionado con el dinero quien estaba completamente pálido acompañandolo en el ritmo de su temblar. La piel de Koko bajo a tres tonos en cuanto las cajas donde se resguardaban se movieron lentamente.

El aire les hizo falta acompañado de sus jadeos de pánico y fue cuando aquellas cajas se tiraron a costados del suelo y un pequeño azabache con los ojos azulados se mostró ante los dos arrancándoles un grueso grito a ambos.

-¡Los encontré!- Exclamó levantando ambas manos hacia arriba con una sonrisa mientras Hajime sentía su alma escapar por su boca.

-¡Maldita sea! Joder, ¿Acaso tienes un tercer ojo o que?- Y con aquello un silencio rondó en los tres mientras Kokonoi parecía todavía más asustado y el Akashi entro en pánico.

-¡Ni se te ocurra repetir algo de lo que dijo Takeomi, Naoto!- Exclamó con prisa el albino sacudiendo sus manos frente al niño que asintío suavemente con su cabeza procesando.

-¡Nao! Encontré al resto.- De repente Manjiro estaba a una distancia no tan lejana pero tampoco cercana hacia el menor mientras al lado tenía a los Haitani y a Mochizuki.

El rostro de los hermanos que anteriormente estuvieron en Tenjiku era una mezcla de desconcierto a la vez una gota de sudor resbalaba por ambas pálidas mejillas, Mochi estaba tan cansado de protestar que su rostro era el resultado de largas horas sin cesar de quejas.

En un momento todos los ejecutivos de Bonten estaban en una fila frente al niño y su líder.

-Entonces, ¿Quién limpiará el desastre?- Le susurro Naoto al albino con ojeras mientras los ojos del mayor rondaban por cada ejecutivo.

-Koko.- Hajime se tenso.

-¿S-Si jefe?- contesto al llamado con voz trémula.

-Recoge los juguetes.- Ordenó y con aquello el obsesionado con el dinero sintió el peso golpear sus hombros y clavar sus pies en la tierra, era el más desafortunado.

Y justo cuando un suspiro más pesado que el hierro escapó de sus labios el menor se acercó con una sonrisa.

-Yo voy a ayudarte- Le mencionó el pequeño haciendo que una luz brillante lo haga iluminar con intensidad, claramente esa luz solo podía verla Hajime.

-Naoto tu vas a salir a comprar todo lo que quieras con Sanzu- Y aquello Manjiro lo dijo sin expresión, pero resulta que ese mandato nunca estuvo en la agenda de Haruchiyo y por ello quedó realmente sorprendido y a la vez indignado que por culpa del mocoso no pase más tiempo cerca de su líder.

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⏰ Última actualización: May 10, 2023 ⏰

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𝑌, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑢𝑣𝑖𝑠𝑡𝑒 𝑠𝑜𝑙𝑜... ╰  ፝֯֟⋆⁺ 𝑩𝒐𝒏𝒕𝒆𝒏 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora