Un día normal de práctica había terminado. El sonido de deportivas rechinando y balones chocando con el reluciente suelo de madera del gimnasio aún resonaba en los oídos de todos. Ennoshita y Narita bajaban la red. Hinata recogía los balones de vóley para ayudar a Yamaguchi a acarrearlas todas hacia la bodega. Y si, él planeaba reagruparse con Kageyama y Yachi para practicar más su ataque rápido después de que todos se fueran, pero era la intención la que contaba. Eso y que Daichi le había dicho que recuperara los balones rezagados, y si no lo hacía se llevaría una reprimenda de parte del capitán, así que no era como que le pudiera decir que no.
En cuanto al resto, algunos mantenían conversaciones casuales entre ellos y otros ya se estaban retirando con destino a la sala del club.
Una vez que todos los chicos se habían ido a la sala del club, a excepción de Hinata y Kageyama que claramente estaban matando el tiempo, Shimizu llamó a Yachi.
— Hitoka-chan, ¿Seguirás ayudando a Hinata y Kageyama a practicar su ataque rápido esta noche?
— ¿Van a meterse en problemas con Sawamura-san? — Dijo la rubia exaltándose casi de inmediato.
— No, no lo harán — Shimizu aseguró —. Porque yo los cubriré —
— ¡Muchas gracias Shimizu-senpai! — Exclamó la joven mánager —. Pero ¿Por qué quiere hacerlo? —
— Pues — La mayor empezó antes de acercarse más a la chica para susurrar —, no le digas a Hinata, pero quiero hablar de unas cosas con él —
Ambas dirigieron la mirada hacia la entrada del gimnasio en dónde se encontraba Hinata, fingiendo que seguía atando sus agujetas después de cinco minutos. Los rayos dorados del sol añadían destellos a su anaranjado cabello y su cara aún brillaba un poco debido al sudor de la práctica.
— Hinata — Shimizu llamó al pequeño bloqueador medio — ¿Podrías decirle a Daichi que yo los vigilaré hoy en su entrenamiento? —
Hinata abrió los ojos con sorpresa, pero aún así asintió vigorosamente — ¡De acuerdo, Shimizu-senpai! —
Mientras el joven salía a toda velocidad, Yachi notó la dulzura plasmada en la sonrisa de la estudiante de último año. Y pudo jurar que escuchó una pequeña risa proveniente de la chica mayor, y el ligero tono rosado que se hizo presente en sus mejillas descolocó a la rubia. Mirando rápidamente a Kageyama, quien ya había puesto la red de nuevo, y se dirigía hacia la bodega, se atrevió a preguntar en voz baja.
— Entonces ¿de qué quieres hablar con Hinata?
Shimizu rio de nuevo, sus mejillas tintándose completamente de rosa — Bueno, es personal — La estudiante de último año no se vio desconcertada por la apresurada disculpa de Yachi y su correspondiente reverencia de noventa grados.
Las siguientes horas de práctica para los 'gemelos fenómeno' fueron tan perfectamente como pueden ir con ellos. Aunque fueron inevitables las características discusiones entre ellos y uno que otro remate estropeado, definitivamente estaban mejorando. Yachi apenas podía contener sus sonrisas llenas de orgullo y alegría cuando los chicos ejecutaban un ataque prácticamente perfecto.
— De acuerdo chicos, es hora de limpiar por hoy — Shimizu llamó desde la entrada del gimnasio mientras comprobaba el tiempo en su reloj —. Son casi las ocho y ustedes tienen práctica por la mañana
— Está bien, Shimizu-senpai — Respondieron los dos chicos de primer año, empezando a recoger los balones que habían utilizado, compitiendo silenciosamente.
— Hinata — La pelinegra llamó al pelirrojo para que se acercara —, me gustaría hablarte en privado antes de que te vayas, si no tienes problemas con ello —
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Una Cita con Kyoko
FanfictionDaichi se interpuso entre los dos ruidosos de primer año - ¿Por qué tanto revuelo? - Preguntó el capitán. - Pues...- Hinata empezó, su voz más silenciosa de lo normal. Jugueteando con sus pulgares y la mirada en el suelo continuó - Shimizu-senpa...