CAPÍTULO 2.

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—Así que...tú eres el pedazo de mierda que estaba causando estragos en mi territorio.

  Aflojé un poco el lazo de mi cintura, quería tenerlo medianamente suelto para poder desprenderlo rápido y ahorcar a ese miserable con el mismo, y dejárselo ahí puesto para que quede de recordatorio de quién manda en este lugar.

—No pude contener las ansias de conocerte, iba a hacer algo más grande pero...la tentación me pudo.

Ese tono de voz meloso y juguetón, me daban más ganas de enterrar mi bota en esa boca.

  Él daba pequeños saltos, hacía obvia su emoción, yo no podía sentirme más asqueada. No tenía sentido, este tipo tenía más de 150 hombres  (contando mal) en este momento dispersados por el lugar, ¿cómo es que tenga tanta gente? Yo misma me había encargado de pisarle la cabeza a todas las bandas que intentaban ponerse en mi camino, no entendía, no podía ser, me negaba a creerlo.

—Viniste corta de personal, eh.

  Su sonrisa se agrandó hasta mostrar su dientes, saltó el último escalón y caminó en mi dirección.

—No necesito traer a todo Judas para poder devolverte al alcantarillado de dónde saliste.

  Subí la mirada para mantener los ojos fijos en los suyos. Azules... eran de un llamativo azul casi verdoso, era ese tipo de mirada que podían derretirte si eras de esas mujeres enamoradizas, pero estos...estos eran diferentes, la sensación que transmitían se me hacia conocida, era como...como si ya hubiera sido tomada por esa mirada antes, estoy segura que vi esos ojos antes.

—¡Witch! ¡Cuidado!

   Ese grito me hizo salir de mi burbuja y darme cuenta de que este desgraciado había subido su mano para estamparla en la porcelana de mi máscara, no pude quitarme pero me dio tiempo suficiente para sostenerla con mi mano. El duro y frío material chocó de lleno en la mitad de mi cara, volteé a darle un empujón con ambas manos, necesitaba alejarlo de mí antes de que puediera quitarme la máscara.

—¡Ah! ¡Casi te la quito!

Dio un pisotón al suelo como si fuera un niño enojado, a la vez que se cruzó de brazos, dos cuerpos se pusieron a ambos lados de mí, eran Masha y Alastair que cómo siempre, éramos los tres al pelear.

—Pero qué ven mis ojos...las tres deidades frente a mí, me siento...honrado.

—Ya vienen los refuerzos.
 
  El castaño a mi lado apenas habló, su ropa estaba desarreglada; había estado peleando. Sólo moví la cabeza mostrando estar de acuerdo y que me había llegado el mensaje.

—No están muy lejos, llegarán rápido, sólo hay que aguantar.

   Miré a Masha de reojo, no me había agradado su comentario, estaba cuestionando otra vez el poder que YO puedo tener.

—Cállate.

  Hablé bruscamente, ella solo bajó su cabeza unos segundos para seguir atenta al rubio oxigenado frente a nosotros.

—Ya es mucha charla ¿no? Ven aquí, mafiosa de segunda.

  Subió su mano en mi dirección y me hizo esa estúpida seña buscando provocarme. Apreté los puños y me mordí la cara interna de las mejillas, el sabor metálico no tardó en presentarse, iba a dar el primer paso en su dirección pero un brazo me cortó el pasó.

—Si tanto quieres pelear vas a tener que pasar sobre mi cadáver, niño. 

—Alastair, no.

   Atrapé entre mis manos su gabardina, tirando levemente hacia atrás.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2022 ⏰

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