Yang B se despertó en su cama alarmada tras una pesadilla. De nuevo en sus sueños una inmensa oscuridad le atrapaba y caía sin parar en un pozo oscuro.
Bebió un poco de agua y acarició a Luna, la perra que había adoptado como su compañera en la casa, que dormía plácidamente a su lado. Momentos después aparecieron los gatos de Wang que entraban jugando desde el jardín.
Se acercó a la ventana que daba a la zona de huertos de Delta y vio a Wang con un gorro de paja recogiendo pimientos y le entró la risa. Era un chico maravilloso. Junto a él estaba Yohan que se comía una manzana mientras hablaba con su amigo. Yang B pensó en lo que Yohan le hacía sentir, era sin dudarlo el chico más atractivo que había visto en su vida y ese aura de misterio le hacía interesarse más por él.
Mientras pensaba en Yohan sin dejar de mirarle, él giró la vista y sus miradas se cruzaron. Yang B se agachó escondiéndose, pero estaba claro que la había visto mirándole. Decidió que era el momento de ponerse en marcha, debía entrenar.
Fue primero a Gamma a buscar a Nene, pues habían quedado en entrenar juntas, pero cuando llegó ella no estaba.
Su habitación era un verdadero palacio, la decoración era mucho más delicada que en su casa, todo estaba decorado en colores azulados y blancos y se veía limpio y delicado.
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Había 2 niveles, y en la segunda planta tenía su propia sala de estudio donde había una biblioteca privada, un gran escritorio, una zona de ordenador y también un pequeño salón con un gran sofá y una televisión.
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- Joooe qué bien se lo montan aquí.
- ¿Tan rápido quieres cambiarte de clan? - Una voz a su espalda la sorprendió, era Hyun - Te he pillado husmeando eeh.
- Sólo estaba comprobando la calidad de las instalaciones.
Hyun rió:
- Nene a estas horas estará desayunando en Alfa con Nabi, vamos a buscarlas que hay que ponerse a entrenar.
Fueron juntos a Alfa y entraron en la habitación de Nabi. Era la habitación de una princesa. Todo era rosa palo y blanco y tenía un gusto muy refinado.
