Lunares

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Minho no sabía exactamente el porqué, pero estaba completamente enamorado del lunar que tenía su novio debajo de el ojo.

Amaba tomar a Hyunjin desprevenido y llenarlo de pequeños besos por todo su adorable rosto, en especial en ese lugar dónde se situaba la manchita marrón, casi imperceptible desde lejos. Pero lo que más le gustaba era el puchero que se formaba en sus labios luego de sorprenderlo, el menor a veces reclamaba con la cara roja de vergüenza, detestaba admitir delante del otro cuánto le gustaban esos mimos; pues se suponía que no eran esa clase de pareja, cursi que derrochaba miel, pero luego de estar saliendo por más de un año demostraban todo lo contrario.

En el tiempo presente, Hyunjin miraba la pantalla de su teléfono en el sofá de la casa del mayor, su ceño fruncido mientras movía su dedo por la superficie del aparato, inconscientemente su labio inferior sobresalía solo un poco.

Minho acababa de atacarlo con sus besos repentinos, y él estaba molesto o por lo menos fingía estarlo.

—Hyunjin-ah —Habló el mayor intentando obtener la atención del pelinegro, conteniendo un poco la risa al verlo así por algo tan tonto —. Sabes que sólo estoy jugando, no te pongas así que solo me dejas con más ganas de estamparte un beso.

Pasó sus largos dedos sobre su labio inferior

— ¡Yah! —reclamó Hyunjin, con sus mejillas coloreandose nuevamente —Dejame tranquilo, sólo te gusta avergonzarme.

Minho sonrió, acercándose un poco más a él en sofá, tomando delicadamente su mano para que quitara su atención del teléfono y lo mirara a él, solo a él.

—Sabes que mi intención no era molestarte —dijo acariciándo el dorso de su mano —. No estás molesto, ¿Verdad? No te molestarías por algo tan tonto

Hyunjin rodó los ojos negando ante la pregunta. Quizás si exageraba un poco.

—Disculpa pero es que es irresistible.

—Pero comprendería sino fuera a cada segundo —contestó el menor.

Y es que a Minho no le importaba la hora, el lugar o lo que estuvieran haciendo, si las ganas venían él solo actuaba.

—¿Al menos sabes lo que dicen sobre los lunares? —preguntó nuevamente Minho, intentando defenderse.

—No, ¿hay algo más que necesite saber sobre las manchas que crecen en la piel de todo el mundo? Unm creo que es por causa de la melatonina ¿No?

—Melanina —corrigió Minho ocultando una risita.

El mayor pasó sus brazos sobre los hombros de su novio, atrayendolo un poco más cerca y el menor se dejó hacer como si hace un rato no estuviera fingiendo que no le gustaba tanta invasión a su espacio personal, a veces estaba bien solo dejarse consentir un rato.

Pero Minho también debía entender que a veces estaba ocupado, o simplemente de mal humor, no podía besarlo cuando quisiera ¿O sí?

—Leí por algún lado que son las marcas dejadas por los besos de nuestras almas gemelas en nuestras vidas pasadas.

— ¿Acabas de inventar eso para parecer más romántico o...?

—Ah, ¿Sabes qué? Desisto, nada de lo que te diga te hará cambiar de opinión —dijo este, soltando al menor de su abrazo, levantándose del cómodo sofá.

El menor rió ante la reacción de su novio, levantándose enseguida y corriendo hasta dónde él estaba, pasando sus brazos al rededor de su cintura, abrazándose a su espalda y con su mejilla descansado sobre esta, desde allí podía sentir el palpitar de su corazón y su pacífica respiración.

Había veces que Honnie tenía sus pequeños episodios siendo dramático.

—Yah hyung, lo siento —se disculpó el menor por a veces ser tan difícil y pesado con él —. Amo esas cosas intelectuales que dices de la nada.

Minho no pudo evitar sonreír ante lo dicho por el pelinegro, él siendo un hombre algo exceptico con temas tales como la reencarnación y todo lo que se le asemeje quiso creer fervientemente en esa teoría tan boba, pero a la vez tan linda, pensar en que había estado amándolo mucho antes de siquiera saberlo.

Que sus besos recorrieron el cuerpo del menor y dejaron marcas permanentes, lo hacían suspirar con anhelo, le hacían querer repasar ese camino hecho de lunares, besar cada uno de ellos.

—No parece —se quiso hacer el difícil esta vez, Hyunjin que luche.

—¿Cómo vas a creer que miento? ¡Si todo el mundo sabe como brillan mis ojos cuando te veo hablar! —reclamó el menor, aún agarrado a él como un coala a su madre, apretándolo contra sí, esperando a que cediera a su falsa molestia y ya lo abrazara.

Allí no pudo refutarlo, no había visto unos ojos más brillantes e inocentes, aún cuando sabía que de eso Hyunjin no tenía nada, entonces se volteó, encarando al chico que sacaba su lado más cursi y empalagoso, estaba seguro de que sus amigos amarían burlarse de él en ese preciso momento.

Sus ojos eran como lindas estrellas, iluminadas esperando anhelante porque cediera ante él. Sabía manipularlo.

—Sí te creo, eso explicaría porque te gusta tanto mi lunar —siguió diciendo el pelinegro, convenciendolo.

Sin evitarlo el mayor dirigió su mirada a ese lindo lugar, las ganas de volver a besar justo allí recorriendo todo su cuerpo, acarició el cabello negro y suave del menor y en seguida dejó un beso sobre su frente, dónde había otro de aquellos lunares que había memorizado.

—La verdad es algo que leí en Instagram hace poco —confesó desatando las risas de ambos, ante la fuente poco confiable.

Hyunjin volvió a amarrar sus brazos al rededor de él, eliminando cualquier espacio entre sus cuerpos.

—Tú tienes uno exactamente aquí en la nariz  y este en la oreja, igual a uno que yo tengo —dijo este, acariciándo superficialmente.

Minho asintió, sabiendo de esto.

Aunque la fuente de información era dudosa no era difícil creer que si existía tal cosa como vidas pasadas, su alma habría estado enamorada de la de su novio en todas ellas.

—Realmente tenemos varios lunares en el mismo lugar —murmuró, pasando uno de sus dedos sobre el cuello del menor, señalando la samejanza que tenía con el suyo, ubicado en su cuello.

El chico se acercó al cuello de su novio, dejando un leve mordisco sobre su cuello y finalizando con un pequeño besito

—  ¡Hyunjin! —reclamó, aún cuando no le  había dolido en lo absoluto —. Eso puede dejar una marca.

—Calma hyung —replicó —. Solamente encontré el lugar en donde yo amaba besarte en nuestra vida pasada.

Y Minho sonrió satisfecho, uniendo sus labios con los de Hyunjin; entonces se ocuparía de recorrer todo su cuerpo, descubriendo los lugares donde sus labios habían dejado tiernos besos en su vida pasada.

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⏰ Última actualización: Sep 01 ⏰

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