¿Por qué?.
¿Por qué ya no tengo el derecho a verte?, ¿por qué ya no tengo el derecho a despertar todas las mañanas con su preciosa voz deseándome los Buenos días?.
Todo por un simple inquilino que entró en la vida de ambos, pero se terminó apresando a ti y por consecuencia enamorando.
Esta noche me he levantado de madrugada, como de costumbre últimamente, el sofocante dolor de cabeza por mis incesantes llantos es una molestia colosal para dormir. Salgo al que solía ser el patio de ambos...donde solíamos convivir y profesarnos amor por la eternidad, que jodidamente iluso fuí al tragarme tus hermosos versos y frases especialmente dedicadas para mi, ¿No, Gakupo?.
Me tendí sobre el pastizal que había allí, todo muy hermoso...cubierto de flores, las cuales nosotros dos nos habíamos encargado de plantar y criar por nuestra cuenta. Miró fijamente a aquella gran luna, está brillaba con todo su esplendor, igual que siempre, pero quizá aquel gran brillo de la luna no podría remplazar a tus hermosos ojos los cuales llegaban a brillar cual zafiro en la oscuridad de una cueva, y mucho menos saciar mis enormes ganas de tenerte entre mis brazos de nuevo y oírte decir "Kaito te amo muchísimo."
He de decir que de vez en cuando salgo a la ciudad y puedo verte perfectamente con aquel enano de cabellos rubios, ambos usualmente besándose o diciéndose cosas que fácilmente pueden ser audibles a distancia, en momentos como esos mi corazón se estruja, se forma un nudo en mi garganta, me pongo a temblar repentinamente...quizá es el hecho extrañarte y mis profundos celos mezclados con un amargo rencor hacia esa asquerosa rata amarilla la cual arruinó mi felicidad junto a ti, el me lo arrebato absolutamente todo.
Soy un desastre, ¿en serio tanto dependía emocionalmente de él como para sentirme tan mierda ahora que ya no me pertenece?, tan solo lo quiero de vuelta para mi y solo para mi...pero ya se que su corazón se ha enganchado con el de otra persona que no soy yo, yo ya no puedo jugar nada en contra de eso.
El lobo le aúlla a otro lobo de una manada distinta, la luna lo observa fijamente profundamente decepcionado y roto por dentro, pero lo que la luna no sabía es que el corazón del lobo pertenece siempre a ella, pues un simple chantaje de alguien de otra manda no iba a alejarlo tan fácil de su amada y lejana luna.
