Capítulo 1

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—Envía las fotografías al cliente y asegúrate de que elija las que se utilizaran para la campaña. —SeokJin golpeó los dedos sobre el escritorio de cristal donde trabajaba su secretaria, llamando su atención—. Envía las dos carpetas, una de ellas está llena con las imágenes que yo mismo elegí pero dile que puede cambiar las que quiera.

La castaña de grandes ojos marrones detrás del escritorio le sonrió mientras asentía. —Lo haré ahora mismo.

—Bien —acomodó la chaqueta sobre sus hombros, dándole un vistazo a su reloj antes de volver a mirar a la joven—. Debo irme, se suponía que debía recoger a HyunJin en la guardería hace media hora, él no va a estar contento con el retraso.

—Suerte con eso —ella soltó una risita musical antes de fruncir el ceño, rebuscando entre sus papeles. —Dejaron varios mensajes para ti, la mayoría son de tu madre. No tenía idea de que te tomarías vacaciones.

—¿Uh?

Tomando los papeles de sus manos, leyó los mensajes, pasando rápidamente los de aquellos clientes que pedían una cita con él, haciéndose una nota mental de llamarlos en algún momento cercano, y deteniéndose en aquellos que pertenecían a su madre. Había por lo menos siete de ellos, todos con el mismo mensaje dicho de distintos modos:

"La boda de tu hermano es el sábado, te quiero aquí mañana mismo. Te ama. Mamá".

—Joder, había olvidado completamente esto.

Jihyo, del otro lado del escritorio, arqueó una ceja—. ¿Realmente lo olvidaste o solo preferiste ignorarlo con la esperanza de que tu madre olvidara milagrosamente tu existencia?

—Odio que me conozcas tan bien.

—Deberías solo ir allí, hacer el teatro de que todo el mundo te agrada y regresar lo antes posible. Eso es lo que hago en cada reunión familiar, ha funcionado por años.

Jin le sonrió—. Ojala pudiera pero mamá se asegura de que todo el mundo sepa que estoy allí cada vez que voy, es imposible pasar desapercibido cuando la mujer te empuja en cada conversación existente con la esperanza de que dejes de ser tan malditamente indiferente a la familia.

—Eso suena como mi tía Eunyeong
—asintió—. Por suerte, ella me odia tanto como a todos los demás, así que soy a la única sobrina que ignora con gusto.

—Ojalá mi madre me odiara —guardó los papeles en su bolsillo, suspirando—. En fin, veré que hacer con eso luego.

—Suerte —agitó la mano en despedida—. Y si debes viajar, te prometo mantener este barco a flote.

—Eso no es lo que me preocupa, sé que lo harás —devolvió el saludo, dirigiéndose a la puerta—. Lo que me preocupa es que mis secretos salgan a flote.










Corriendo por el estacionamiento, subió a su auto, arrojando su mochila de mensajero hacia los asientos traseros, encendió el vehículo y lo dirigió fuera del aparcamiento. La guardería no quedaba tan lejos de su lugar de trabajo por lo que no tardó demasiado en llegar. HyunJin tenía una mirada fulminante en su rostro cuando llegó por él.

—Tadaste, papi. —acusó, colocando mejor su pequeña mochila de Mickey Mouse sobre su hombro.

—Lo siento, cariño, no pude salir antes del trabajo —explicó, aunque sabía de sobra que su pequeño hijo realmente no entendía el significado de sus palabras—. Te llevaré a comer un helado en compensación, ¿qué dices?

Los hermosos ojos ámbar brillaron hacia él—. ¡SI!

—Si, imaginé que dirías eso. —rio. Su teléfono comenzó a sonar en su bolsillo mientras abrochaba el cinturón de seguridad de HyunJin, logrando que hiciera una mueca—. Hola, Hyung.

Sobreviviendo a Eros [TaeJin] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora