Capítulo 8

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Dos días después

—Entonces, tengo buenas noticias y malas noticias.

Naeun deslizó un montón de carpetas sobre la mesa frente a ellos, y Sungchan instintivamente alcanzó una de ellas. En lugar de abrir el archivo, esperó a ver lo que la hermana de Jaehyun tenía para decir.

El Alfa Jung hizo un gesto a su hija para que continuara. —Bueno, vamos, Naeun. Sabes que no me gusta mucho la pausa dramática. Cuéntanos y comienza con la parte mala.

—No hay señales de la mujer conocida como Kim Hyoyeon. Desapareció en el aire. Como era de esperar, no regresó a ninguno de sus lugares de trabajo. Su carro fue encontrado abandonado, pero el circuito de cámaras de video ni siquiera captó un vistazo de cuándo podría haberlo dejado. Buscamos en las escuelas de los niños, pero no hay nada allí tampoco. Todos los datos de fondo que existían sobre ella, desde el número de la seguridad social hasta la fecha de nacimiento, etc., resultaron ser falsos.

Eso no fue sorprendente, pero si decepcionante. —Entonces, ¿cuáles son las buenas noticias? —preguntó Sungchan.

Naeun señaló el archivo. —Encontramos a nuestros atacantes.

Al lado de Sungchan, Shotaro hizo un ruido inarticulado. Sungchan le apretó la mano debajo de la mesa y abrió el archivo frente a sí. Estaba boquiabierto, y algo frustrado porque Naeun no había comenzado el reporte con esta información.

Sin embargo, ahora lo estaba explicando detalladamente y Sungchan estaba demasiado aliviado para permanecer enojado.

—Todos estos hombres son pacientes en coma que desaparecieron misteriosamente del hospital —dijo—. No hubo explicación. La teoría actual de la policía es que fueron víctimas de algún tipo de cartel involucrado en el tráfico de órganos, pero al parecer, eso no es todo.

—Entonces... ¿Me estás diciendo que esos tipos eran como... zombis? —Al lado de Jaemin, Renjun se estremeció—. Siniestro.

Sungchan concordó, pero era mejor que la alternativa… es decir que el poder de Shotaro había logrado apagar sus cerebros de alguna manera. Shotaro era muy bondadoso. Nunca podría haberse perdonado por algo como eso, incluso si los hombres en cuestión fueran pura maldad.

Como para confirmar los pensamientos de Sungchan, Shotaro preguntó temblorosamente: —Entonces, ¿no fui yo?

La mirada de Naeun se suavizó. —No, Taro. No fuiste tú. Mi conjetura es que otro Gamma estuvo involucrado en los incidentes, alguien con habilidades que realmente no entendemos. Cuando usaste tu poder, el control que esta persona tenía sobre esta gente desafortunada fue cortado. Debe haber quedado algún tipo de energía residual, porque los hombres sobrevivieron hasta que fueron llevados al hospital y puestos en soporte vital. Sin embargo, estuvo muy cerca.

Renjun hizo una mueca. —Ahora me siento mal por arañar a los hombres que me atacaron.

—El daño que hiciste es reparable —le aseguró Naeun a Renjun. —Si los individuos en cuestión alguna vez se despiertan, recibirán todo nuestro apoyo.

El Alfa Jung suspiró. —Pero ese no es el problema en este momento. Volvemos al punto de partida. Estos tipos eran solo títeres, así que estamos completamente en la oscuridad. Tiene sentido que quien esté dirigiendo la operación no quisiera arriesgarse a que se filtre información, pero saber que algo así está ahí afuera y posiblemente tras ustedes, no me llena de confianza. Jaehyun, realmente debo insistir en que te mudes de vuelta aquí.

Hasta ahora, Jaehyun y Taeyong habían estado bastante callados, pero Sungchan no se sorprendió de que fueran arrastrados a la conversación. Aquello era, al menos en parte, sobre el propio Sungchan. El ataque contra él había sucedido bastante tiempo antes que el del apartamento de Hyoyeon, y la única razón por la que incluso podían conectarse los dos se debía al culpable detrás de esto. Ni siquiera podían comenzar a entender por qué Sungchan había sido seleccionado primero, mucho antes de Hyoyeon misma. Esto significaba que no tenían absolutamente ninguna garantía de que no volviera a pasar.

Simon says: bad alive - Sungtaro [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora