Peintre moderniste - I

62 3 0
                                    

[TAEGI]

Centro de Londres – 1954

PARTE I

Los fuertes pasos bajando aquellas escaleras de madera, avisaron a la joven mujer de cabellos castaños que venía su esposo finalmente. Volteó a mirarle desde su lugar frente al mármol central de la amplia cocina, observando cómo no traía su pijama como de costumbre para desayunar, sino que estaba preparado esta vez con ropas cómodas, sosteniendo una gran cantidad de cosas entre sus brazos; un cuadro en blanco entre su brazo y torso, la extensión de madera para posar el cuadro del mismo lado, y por último aquella caja manchada con pinturas, donde llevaba las mismas y su gran cantidad de pinceles de todo tipo que hacían las líneas perfectas para hacer vívidos sus imaginaciones en sus tiempos libres.


—Qué inesperado. —Comentó la mujer por el tipo de ropa que usaba aquel, mostrándole ella en su lugar una amplia sonrisa que fue lo primero que Yoongi llegó a mirar de su esposa.

Min Jennie, su esposa, quien además tenía entre sus delicadas manos un pan y un pequeño cuchillo que escurría la mantequilla.

—Ayer eras el Primer Ministro y hoy eres un pintor. —Río suavemente delicado, moviendo sus manos sin parar de hacer su trabajo a primera hora por la mañana. —Creí que te ocuparías hoy también.

—Voy a ocuparme. —Contestó roncamente, quitando de entre sus labios el cigarrillo encendido apenas dejó la pesada caja de pinturas sobre el mesón, moviéndose por detrás de la baja femenina, mirando discretamente lo que se encontraba haciendo de desayunar para los dos. —Pero, estaré haciendo algo mejor que revisar papeles todo el día. —Aprovechó que está volteó su rostro para mirarle mientras estuvo husmeando a un lado de su hombro; para darle un pequeño beso en su comisura rápidamente antes de ir a servirse algo de café.

Jennie río nasalmente por el inesperado gesto de su marido tan seco, juntando dos piezas de pan de Sándwich luego de poner un huevo entre ellos. — ¿Vas a pintar? —Volvió a cuestionar al hombre que además de mantener el tabaco entre sus labios, lo quitaba constantemente para darle sorbos a su taza de café caliente, arreglándoselas para sostener todas sus cosas, y salir sólo una vez por la puerta que daba directo al gran jardín trasero de su residencia, que se le fue regalada por derecho a su posición como Ministro.

—No, jugaré algo de golf con mis pinceles, cariño. —Le contestó de manera sarcástica, dándose la vuelta frente a la puerta para empujarla con su espalda.

Rodó sus ojos. —Já, Já.


La risa fingida de la mujer, sacó una risa del azabache ya en su patio trasero, con todas las ganas de relajarse con las vistas de su residencia, pintar la más mínima criatura que se atraviese en su campo el tiempo necesario para poder pintarlo, teniendo justo ahora la idea de plasmar en su lienzo la vista de ese pequeño pozo que daba frente a su terraza.

Fuera de todo eso, es necesario explicar.

Él se trataba del Primer Ministro de Inglaterra, hace tan sólo dos años fue calificado o elegido para este puesto, y por supuesto, no fue en lo absoluto nada fácil. Al principio, tuvo muchísimas opiniones irritantes de los otros ministros más viejos o trabajadores del Gabinete, que aseguraban por sus experiencias que un joven como Yoongi no toleraría el gran peso de controlar un país entero, menos aún, en medio de una inflación.

Pero, como todo; tuvo su tiempo, pronto tuvo aceptación, se ganó respeto, y a sus 27 años de edad, como la cabeza del gobierno británico, también se había ganado el mismísimo reconocimiento de su Reina, Isabel II.

Un poco de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora