05. Mitsuya Takashi

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Segunda parte one shot de Mitsuya Takashi

Acabé alrededor de sus dedos. El chico continuo lamiendo mis labios y limpiando mis fluidos. Aun agitada, puse el antebrazo sobre mis ojos, intentado recobrar el aliento. Sonreí cuando Mitsuya dejó un casto beso en mis labios y se recostó a mi lado.

Al descubrir mi vista lo ví allí observándome. Sentí como mi corazón dió un vuelco: su cuerpo desnudo, la erección entre sus piernas y la sonrisa lasciva en su rostro. Por mi parte estaba completamente desnuda pero aun así sus ojos no buscaban mi cuerpo sino mis ojos, mientras sus dedos tocaban tímidamente la piel de mi cintura.

Sentí como mis mejillas se pusieron mas calientes de repente "que vergüenza, me estoy comportando como una niña pequeña". Sin poder evitarlo, reí nerviosa. Él también acompañó mi risa, para luego surcar mi rostro y dar pequeños besos en mis labios. Acaricié sus brazos mientras me dejaba llevar.

Coloqué mis manos en sus costados al tiempo que él se acercaba a mi y podía sentir su polla rozar con la piel de mi muslo. Takashi soltó un gemido tímido en mi boca cuando tome su miembro y comencé a masajearlo lentamente. Pronto introdujo su lengua en mi boca, moviéndola a sus anchas y provocándome un inmenso calor en el pecho.

- Lo haces tan bien- Dijo sobre mis labios, mientras soltaba leves jadeos sin arruinar su sonrisa.

- Quiero montarte- Dije sin más.

Sin tener tiempo de reaccionar el chico me tomó de la cintura y nos tumbó a ambos en la cama, llevándome con él y haciendo que quedase encima de él. Aun sorprendida, solo reí nerviosamente al estar tan cerca de sus labios. "Joder ¿Qué mierda me pasa? acabamos de practicarnos sexo oral el uno al otro y ¿ahora me pongo nerviosa?". Takashi al parecer notó mi nerviosismo, porque volvió a surcar mi rostro y me besó lento.

Despacio, comencé a reaccionar: puse mis piernas a ambos lados de sus caderas, dejando que mis labios aprisionaran su pene y su punta casi llegando a su ombligo. Lentamente volví a enderezarme, apoyando mis manos en su abdomen y moviendo mis caderas de atrás hacia adelante, masturbándole con mi vulva.

- Eres increíble...- Susurró, mientras presionaba mis muslos con sus manos.

Sus gemidos no se hicieron esperar, así como tampoco su calor y sudor. Su pecho subía y bajaba junto con cada jadeo y poco a poco, una fina capa de sudor comenzó a cubrirnos. Sin vergüenza alguna, echó la cabeza hacía atrás y cerró los ojos cuando deje caer un poco de saliva en su punta, de manera que el roce entre nuestras entrepiernas se hizo mas y mas delicioso.

Volvió a ponerse a mi altura, para tomar mi nuca con un mano y mi cintura con la otra.

- Me estas volviendo loco...- Dijo sobre mis labios, al tiempo que con su mano en mi cintura me ayudaba a mover sobre su polla.

- ¿Quieres ponérmela?- Respondí agitada.

- Si...- dijo mientras presionaba aun mas mi trasero contra él- Quiero hacerte acabar...-

Gemí sin poder contenerme sobre sus labios. Continuamos con ese delicioso vaivén, donde mis fluidos habían lubricado su miembro, nuestros cuerpos estaban demasiado apegados y nuestros labios se rozaban mientras los abríamos para gemir. Mis manos en sus hombros me permitían permanecer pegada a él y mover las caderas con soltura. Las manos de él me abrazaban por la cintura.

Su cabeza ligeramente inclinada hacia atrás para poder observarme hacia arriba y sus manos manoseando mi espalda baja me estaban generando cosquilleos demasiado exquisitos. De pronto, una de sus manos tomó una de mis nalgas, para ser seguida por la otra. Allí, las abrió, exponiendo mi entrada anal, donde sin ningún contratiempo, introdujo su dedo índice. Gemí audiblemente, agradeciendo que la música estuviera aun muy fuerte.

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