Extra.

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En la actualidad. Un año después de lo ocurrido con Hyunwoo.

La primera vez que ví a Hyunwoo fue al llegar al vecindario. Él y su hermano vivían frente a mi nueva casa.

Se podría decir que éramos amigos, algunos dirían que hasta novios... no es cierto, ni yo creería eso. Pasa que Hyunwoo nunca me vio de otra manera más que de una: su vecino.

Recuerdo que traté incontables veces de hacerlo jugar conmigo, y la mayoría de ellas me rechazaba, y si no lo hacía, encontraba la manera de irse y dejarme solo, buscándolo por toda la calle.

Recuerdo que en una ocasión en la que estaba particularmente irritado ese día, me gritó que no quería jugar conmigo porque no quería que le contagiara mi lunar. Estúpido, lo sé. Su hermano también lo sabía ya que le dio un buen manotazo en la nuca, haciéndolo disculparse conmigo de inmediato.

No me enojé tanto con él, sabía que solo repetía lo que escuchaba, y no lo culpo, todos aquí parecen odiar los lunares.

Llegó un punto en el que deje de insistirle en que jugara conmigo, y fue solamente porque "ya no teníamos edad para jugar", según todo el mundo. Sin embargo, y para mi sorpresa, Hyunwoo comenzó a comportarse de forma más amable conmigo.
Hasta la fecha tengo el recuerdo de aquellas veces en las que me defendió de los imbéciles que me molestaban en la escuela.

No éramos amigos, pero me conformaba con las charlas que llegábamos a mantener cuando nos encontrábamos en el transporte de la escuela, o las sonrisas que me daba cuando nos encontrábamos de paso a cualquier parte.

Lo sé, me conformo con muy poco, más no puede nadie culparme. Hyunwoo jamás me vería de la forma en la que yo lo hago. Y yo solo me hacía daño teniendo la esperanza de que eso sucediera. Por eso decidí conformarme con aquello.

Hasta el día en que ví el camión de mudanzas llevarse todas las cosas de Hyunwoo. En ese momento me arrepentí de no haber tratado de hacer algo para que mínimo me recordara como alguien en su vida y no solo como su molesto vecino que no lo dejaba en paz de pequeños.

Quiero decir, pude conseguir un trabajo fuera del pueblo, vivir en mi propio departamento y demás, pero preferí quedarme en casa de mis padres si eso significaba que podría ver a Hyunwoo cada que visitara a los suyos.

¿Suena patético? Tal vez, pero no es como si viviera gratis en casa de mis progenitores, prácticamente es mi casa ya que ellos se la viven de viaje desde que se jubilaron de sus trabajos.

En fin, todo me cayó encima como balde agua fría cuando lo ví llegar una navidad con una chica a la casa de sus padres. Era linda. Más que yo.

Una que otra vez imaginé que algo así pasaría, y aun así, fueron días tristes para mí. Subí más de dos kilos en un mes de solo comer porquerías tirado en cualquier parte de mi casa.

Hasta que pude hacerme a la idea y resignarme; supuse que son cosas que pasan por enamorarse de un hetero. Aún no recupero mi figura, pero me siento más tranquilo.

Aunque este año algo cambió. Hyunwoo lleva dos días en casa de sus padres y no he visto ni rastro de su novia. Y ahora está ahí, sentado en la banca del parque, leyendo.
De verdad quisiera acercarme y tratar de hablarle, más no sé cómo hacerlo.

Miro a mi perro que mordisquea su juguete chillón llenándolo de su babota.

—Creo que tengo una idea, Puppy.

Puppy me mira por un segundo al oír su nombre y vuelve al asunto con su hamburguesa de plástico.

Es algo estúpido, lo sé. Si no lo hago bien, puede que la hamburguesa pase de largo a Hyunwoo.

𝐎𝐍𝐄 𝐖𝐀𝐘 || ꜱʜᴏᴡᴋɪDonde viven las historias. Descúbrelo ahora