Capítulo 1

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Año 716. Castillo del Pináculo, principal fortaleza del sur de Ferelden.




Los pasillos de la fortaleza, estaban plagados de criados de aquí para allá preparándose para el gran banquete en honor a el tercer hijo del Arl Decalion. Tae Hyung se llamaba este, en honor a un antiguo guerrero de las tierras perdidas del Oriente. Un joven elfo llamado Endryn, perteneciente a la escolta principal del principe, corría en dirección a los aposentos reales. Era el cumpleaños del menor de los hijos del Arl y no quedaba mucho tiempo ya que esa misma tarde partiría el 90 por ciento del ejercito hacia Ostagar, acudiendo al llamado del Rey. La Ruina estaba borrando del mapa a los poblados pequeños de las afueras del Reino de Paladia, llamado ''La ciudad del comercio'' ya que era uno de los dos reinos más ricos después de la capital real. El Rey no podía permitir que este lugar se perdiera por lo que hizo un llamado a todos los ejércitos de los 5 reinos para así crear un plan de contingencia para la ruina.


Mientras, un joven de cabellos cenizos y ojos negros grandes, se preparaba para lo que sería dejar atrás la niñez y convertirse en un adulto. El sirviente Endryn tocaba con prisas la puerta, pero nunca fuerte ni con aires de autoridad ya que era muy bien conocido en el Reino de Pináculo que el menor de los príncipes era muy severo y en varias ocasiones mando a la orca o a que les corten la cabeza a sus súbditos, por el simple hecho de que le faltaron el respeto alzándole la voz.


- ¿Su alteza está despierto? - pregunto a la puerta el chico temeroso.


Tae se levantó con calma, bostezó saludando al día y tranquilamente le dijo:


- Adelante -


- Si mi señor - abrió la puerta y prosiguió a vestir al príncipe.


- Mi señor tome la ropa - Tae solo asentía y se dejaba llevar.


- ¿Sé que hoy es su cumpleaños, pero igual va llevar armadura? -


- Si pienso entrenar un poco con el arco antes de todo -


El elfo le quito el camisón dejando desnudo al príncipe mostrando así su tersa y rosada piel. No podía evitar mirarlo ya que Tae Hyung gozaba de belleza inigualable. Mientras le colocaba la camisa el príncipe le señalo hacia abajo:


- Arregla esto como todas las mañanas - apunto con su dedo a un muy erecto miembro. Es algo normal que un hombre se despierte con ganas, pero eso era algo personal. No era atracción ni nada por el estilo. El príncipe había atrapado al criado robando joyas, por un momento pensó en mandarlo a matar, pero decidió convertirlo en su esclavo sexual, claro que al chico no le desagradaba.


El joven se agacho tomando el muy bien dotado pene de Tae Hyung.


- Sus órdenes serán cumplidas mi señor -


Sus pequeñas manos sujetaban aquello con inteligencia, y es que ya de tanto hacerlo se volvió un experto. Seguía masturbándolo delicadamente, pero Tae quería más.


- Utiliza esto - sus dedos delinearon la boca del chico y una mirada lasciva se mostró en la cara de ambos.


Tae restregó su pene por la cara del sirviente y golpeándolo haciendo notar su virilidad. Endryn paso la lengua desde el tronco hacia la cabeza unas cuantas veces antes de comenzar a lamer y chupar la punta. La delicadeza del criado irritaba al príncipe, por lo que tomo al elfo por las orejas y comenzó a follarle la boca. Se introducía atrevidamente sin meterla completa. Se sentía bien, pero quería más, necesitaba hacerlo sufrir de placer y él sabía cómo. Salió de la boca del contrario y lo agarro por el pelo arrastrándolo hacia la cama. Tomo la correa de la armadura, la envolvió en el delicado cuello de Endryn y se colocó encima de este sin soltar sus cabellos. Ahí comenzó a penetrar bruscamente al elfo.

Bad Blood ( Libro 1: El origen del mal )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora