[12] ¿Por qué es tan dificil?

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🐉Abigail🐉

¿Qué quieres hacer ahora?—sonrió

—Se me antojó un helado

—¡Vamos por helado!

Paramos en la heladería más céntrica que pudimos y mientras él pedía mi helado yo salí del local. Vi a un señor tirado en la calle pidiendo limosna y me acerqué a él

¿Le gustaría un poco de comida?—me incliné un poco hacia él

Por favor... no he comido en dos días—gimoteó

Hablaba español y eso me hizo sentir peor

Le tendí la bolsa de comida con una sonrisa y le di veinte dólares

Siempre puedo comprar más comida y siempre puedo conseguir más dinero

¿De dónde eres?

De honduras—contestó sorprendido por que hablara español—¿y tú?

Soy mexicana—sonreí—espero que puedas ayudarte con eso

Muchas gracias, de verdad—sonrió abriendo la bolsa de comida

De nada, que lo disfrutes—me di media vuelta y divisé a Timmy contemplando la escena

Llegué ante él y me limité a comer el helado que me estaba ofreciendo. Empezamos a caminar en silencio hasta que los helados se acabaron

Eso que hiciste... fue muy lindo—murmuró

Creo que todos deberíamos ayudar si está a nuestro alcance hacerlo—me encogí de hombros

Vi una sonrisa creciendo e imité el gesto

—Eres... increíble

Y tú eres diferente—murmuré

Aún no sé si tomarlo como un cumplido—rió

—Lo es, te lo aseguro

—¿Cuando me dirás lo que significa?

Cuando esté lista. ¿Tu cuando me dirás lo que murmuras en francés?—lo miré con suspicacia

—Quand je sais que c'est réciproque (Cuando sepa que es reciproco)

Negué divertida mientras seguíamos caminando

Y todo pasó demasiado rápido. Escuchamos un gritó y de repente teníamos a (al menos) veinte chicas a nuestro alrededor

Nos tomamos fotos con ellas ignorando las preguntas de el por qué estábamos juntos. También dimos autógrafos

—¡Hacen una linda pareja!

—¡Adóptenme, puedo ser el perro!

—¡Quiero a alguien que me mire como Timothée mira a Abi!

De repente, pasaron de veinte personas a más de cuarenta y la mayoría ahora eran reporteros. A lo lejos vimos a más de ellos viniendo hacia acá. Miré a Timmy con diversión y él me devolvió la mirada

—Bueno chicas, fue un gusto, pero debemos irnos ¡adiós!

Al terminar de decir eso, él me jaló y empezamos a correr con todos los periodistas detrás de nosotros. Empecé a reír mientras esquivábamos a la gente y saltábamos, como si estuviéramos en un juego

Corrimos entre los coches de un estacionamiento de centro comercial y nos agachamos detrás de una fila de autos. Se escuchaba el paso apresurado de los chicos de cámaras y algunos con micrófonos

Diferente -Timothée Chalamet-Where stories live. Discover now