꒰ ✧️┊͙𝐎𝐇, 𝐋𝐈𝐋𝐀𝐂 ꒱

✧️ 𝟬𝟮 ✧️

─¡Jinnie hyung, buenos días! ─saludó Felix, desde el marco de la puerta, sintiendo como sus pómulos se marcaban al mostrar sus encías.

─Buen día para tí también, Lixxie. ─correspondió, sonriente─. ¿Listo para partir a la gran ciudad de Seúl y luego ir hasta Australia? ─preguntó "casualmente", algo curioso de la respuesta que tendría por parte del menor ─pese a que la diferencia de edad entre ambos fueran unos escasos meses─.

─Sí le soy sincero, no quiero dejar Suwon, ni tampoco deseo dejarlo a usted. ─confesó, abultando sus mejillas tratando de retener las ansias de lamentar su corta estadía.

─Lo sé, pero debes volver, aún así ¡No hay que ponernos tristes! Ya pronto tendrás la oportunidad de venir nuevamente ─le aseguró, aunque sus palabras se dirigían a sí mismo en realidad─. Te traje un obsequio, dame un momento. ─dijo, para luego retirar las tiras de su mochila negra que estaban en sus hombros y sostenerla con sus manos fuertes. Al abrir el cierre del zurrón, sacó del mismo una preciosa cajita de música, hecha enteramente de madera. Se podían apreciar los dibujos realistas de flores variadas como girasoles y margaritas en la superficie de la misma, con sus finos dedos Felix delineaba los bordes de la obra, logrando sentir como fue elaborado cada trazo con la pintura óleo.

Luego de haber optado por estudiar artes liberales, tras culminar sus estudios Hyunjin decidió realizar una maestría en pintura y su talento en el área era absolutamente innegable.

─Sí alguna vez me extrañas, rebobina todos nuestros momentos juntos a través de esta caja musical, no quiero que- ─su habla fue interrumpida al sentir los brazos del australiano alrededor de él, atrapándolo en un cálido abrazo, aprovechando la ocasión para esconder su cabeza en su pescuezo.

Pudo escuchar unos murmullos provenir del más bajo, sin poder distinguir exactamente lo que el menor trataba de decirle debido a que sus labios estaban ocultos en la curvatura de su cuello, provocándole cosquillas en la zona.

Supuso que le agradecía el gesto, así que tras reírse, por fin pudo hacer aquella propuesta que había planeado días anteriores─. Vamos a salir, sé que el tren partirá luego del atardecer, así que podemos aprovechar las horas restantes para divertirnos, ¿Te apetece? ─preguntó, ganándose asentimientos repetitivos por parte de Felix, quien le invitó a pasar a la habitación mientras se daba una ducha con rapidez tras tomar esas prendas de ropa que había colocado anteriormente sobre una mesita de noche antes de irse a dormir.

La alcoba era algo pequeña, pero transmitía comodidad, había un pequeño escritorio cerca de una de las esquinas, un asombroso ventanal que daba exactamente con la puerta de entrada, cubierto por una cortina de un estampado poco moderno y así evitar que los rayos del sol se cuelen en el lugar.
La cama poseía un dósel al estilo europeo, el hotel estaba ambientado en siglos anteriores así que no le extrañaba aquello, en frente de ella había un gavetero que tenía un televisor de tamaño promedio en la parte superior y a su lado había un acceso hacia el baño.

Había una parte dentro de él que codiciaba la permanencia del rubio en la ciudad, después de distintas conversaciones ambos llegaron a la conclusión de que ninguno podía llevar una relación a distancia puesto que sus responsabilidades no se los permitirían, así que el retirarse Felix de Suwon significaba intrínsecamente que su amor llegaba a su fin. Con el extranjero había experimentado eso que nunca pensó sentir: amor; habían pasado poco tiempo juntos, eso era tácito, sin embargo, con el transcurrir de los días, la intensidad del aprecio que sentían uno hacia el otro incrementaba, permitiéndoles que algo precioso floreciera entre ambos.

Pero como todo magistral brote, pronto tendría que perecer después de haber madurado.

El sonido de la puerta del tocador siendo abierto logro sacar a Hyunjin de su ensoñación, girando su cabeza hacia la misma, observando como Felix hacía un lazo con las cintas de su camisa blanca de seda, una chaqueta de cuadros en tonos rojizos y unos pantalones ajustados de un tono carmesí acompañaban a la misma, el menor tenía un buen gusto en cuanto a moda.