Prólogo

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Es gracioso cuando recapitulamos nuestro pasado

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Es gracioso cuando recapitulamos nuestro pasado. A veces pienso que es una clase de autodestrucción emocional, al igual que pensar en el futuro.

Lo usual es prestar atención a los errores cometidos y lamentarnos por cómo actuamos en cierto momento.

O por el contrario; reír al recordar las travesuras que hacías de pequeño, o los momentos en que tu corazón bombeaba sangre por todo tu cuerpo cargado de adrenalina al dar tu primer beso, o cualquier otro recuerdo lindo de tu vida en el que te sintieras pleno y extasiado. Pero tú sabes que al final siempre te estás lastimando, recuerdas lo feliz que eras de niño y piensas; "Maldición, era feliz y no lo sabía. Antes podía pasarme la tarde entera jugando y disfrutando de mi niñez sin preocupaciones". A veces solemos ponernos tristes al recordar lo felices que éramos, y abrumarnos porque lo que fue ya no está.

A veces te avergüenza tu actitud, y quisieras corregir ese instante en el que la cagaste por completo, pero que lamentable o afortunadamente nunca podremos corregir. Al menos eso era lo que pensaba, intentaba convencerme de que el dolor que sentía no podría cambiar nunca y que se quedaría ahí, dentro de mi interior lastimándome para siempre. Pero estaba totalmente equivocada.

Si me pongo a pensarlo de manera detallada, cada acción, pensamiento y palabras me trajeron a donde estoy ahora, y cada uno de los eventos ocurridos en mi vida «por más dolorosos que fueran», me convirtieron en la persona en la que soy. No cambiaría nada, acepto cada uno de mis errores y defectos, soy humana y me equivoco al igual que todos en este mundo.

Un día el mejor maestro que el mundo pudo tener, me dijo una frase que jamás olvidare; "El peor error que puedes cometer, es arruinar tu presente enfocándote en un pasado que solo te limita de un futuro maravilloso". Debo admitir que el profesor Reggie es mi persona favorita en la vida.

Hace unos meses, me sentía estancada, como si repitiera un ciclo infinito entre sentirme sola, triste y llena de frustración. Sentía que ya no podía más y que lo mejor era acabar con todo el sufrimiento que cargaba en mis hombros de una vez por todas. Hasta que llegó la luz al final del túnel, alguien que realmente no esperaba, logró cambiar mi perspectiva.

Cuando la vi por primera vez, nunca me imaginé que ella lograría alterar algo en mí.

Siendo sincera, la verdad es que nunca creí posible la opción de sanar, pero gracias a ella... lo logré.

Me enseñó que es mejor vivir la vida amando que sufriendo. Porque el amor es más fuerte que el dolor. 

El amor es más fuerte que el dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora