PARTE 1

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Dove

El clima frígido cala por mis huesos, haciéndome temblar. Kye está a mi lado recostado sobre el largo y suave pasto a la orilla del río.

El cielo muestra un espectáculo con un lindo color lila y una que otra nube gris, mientras que las estrellas comienzan a manifestarse por la llegada del anochecer.

—¿Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando piensas en el amor? —pregunté cabizbaja a mi mejor amigo, quien no tardó en responder.

—Conveniencia —contesta fríamente, su cabeza está apoyada entre sus brazos manteniendo su mirada fija en el cielo.

—Ya suponía que dirías eso —mencione jugando con el pasto alrededor de mi.

—¿Y tú? —pregunta de vuelta, observandome con detenimiento.

—Jumh, pienso en... que el amor todo lo puede ¿sabes?. Es como si cualquier obstáculo que se presente en el camino, pudiese ser resuelto.

—Wow, eso fue poético. Creo que debería escribirlo y tenerlo en cuenta para un libro—menciona con una amplia sonrisa, al tiempo que saca su celular para anotar lo que dije.

Hago lo mismo buscando el mío en el bolsillo de mi suéter, para tomar unas cuantas fotos del paisaje.

Miro la hora. Ya son las ocho con cincuenta y cuatro minutos, «demasiado tarde». No sentí el tiempo, se pasó tan rápido que no lo note.

Estoy acostumbrada a que pase eso cuando me siento en algún lugar tranquilo al lado de Kye, para tener charlas profundas y a veces algo tontas, por eso lo considero alguien especial en mi vida, ya que puedo ponerme seria o también ser torpe, sin miedo a ser juzgada.

—¿Quieres que te lleve a tu casa? ya es un poco tarde—interrogó levantándose y ofreciéndome una mano, para ayudarme a levantar.

Asiento recorriendo el camino empedrado de vuelta, para encontrar la motocicleta de mi amigo.

Al llegar se coloca el casco de seguridad. Toma el mío y me lo acomoda cuidadosamente, procurando que mi cabello no quede fuera de este.

Sube primero, y yo me siento detrás de él, enredando mis brazos en su cintura.

—¿Estas lista?.

—Sí —contesté emocionada.

Las calles están iluminadas por los faros de luz que hay en cada casa, permitiendo que el camino sea totalmente visible y así poder divisar a las personas que se pasean contentas por las calles.

Esta parte de la ciudad es segura, es la más pequeña y con un mayor número de habitantes viviendo por aquí.

La mayoría de las personas son muy unidas, demostrando que su nivel de confianza entre vecinos es alta.

A mí me gustaría vivir en esta parte de la ciudad, para poder compartir con mis vecinos una tarta de manzana un viernes por la tarde, mientras contamos las anécdotas más vergonzosas de nuestras vidas.

Se que ya estamos cerca de donde vivo cuando el ruido de los automóviles y de las personas que caminan por la acera es mucho más alto y ajetreado.

El lugar es más grande y urbanizado, hay muchas personas viviendo aquí, ya sea que vivan en departamentos o en casas propias, no son para nada amigables, se pasean por las calles con caras de estirados, mientras presumen sus lujos.

Mis padres ganan lo suficiente para poder costear los gastos de vivir en este lugar. Les he sugerido mudarnos al barrio de gente amable, pero ellos dicen que es mejor seguir en donde estamos ahora, para dar una buena imagen ante la sociedad.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2022 ⏰

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El amor es más fuerte que el dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora