Harriet potter

El Darkling

•Dark! Sirius Black.
•Au donde Sirius fue mortifago.
•Sirius haciendo a señor Oscuro luego de derrocar a Voldemort.
•+18. Harriet es solo una adolescente de 17.

Harriet fue sacada a la fuerza del ático donde se había estado oculta por una semana.

Los gritos de su madrina y los de Neville se podían escuchar desde la sala implorando que no se la llevaran.

Los dos magos, vestidos de negro con detalles en plata, la guiaron hacia la sala sostenido la a la fuerza y uno de ellos tenía su varita presionándole la yugular.

—¡No se la lleven!— suplicó su madrina, estaba siendo retenida por otro mago.

Harriet sollozo, todo aquello era su culpa.

Era luz pura. Había tenido un accidente en Hogwarts, en plena clase de duelo cuando se enfrentaba a Draco Malfoy había estallado con su luz interna.

Lo peor, Draco era el sobrino del Darkling.

Ella no perdió el tiempo y huyó de Hogwarts apenas salió corriendo del aula.

—Lo lamento madrina— sollozo Harriet, Neville se había liberado del agarre pero uno de los caballeros de sombra le pegó un patada en el estómago— ¡Basta, iré con ustedes! ¡Iré con ustedes pero no lo lastimen!

—No hagas nada estúpido, niña — gruñó el mago que tenía su varita con su garganta.

Harriet sintió un tirón y desapareció ante la vista de su madrina y Neville.

Sirius estaba recargado en su trono esperando a que sus caballeros llegaran con la chica.

Su corte estaba impaciente, los más leales de su círculo estaba presente. Narcissa junto a su esposo e hijo estaban más próximo a él. Y su madre luciendo orgullosa a su derecha.

Necesitaba verla con sus propios ojos para creer lo que su sobrino le habían dicho. Que Harriet Potter, una simple estudiante de último año había proyectado luz pura.

La luz de Hestia.

Había leyenda de pocos magos consagrados a la diosa del hogar que eran luz pura.

Ahora tenía acceso a una Luz de Hestia.

Sirius rio internamente, quien iba a pensar que la única hija del problemático James Potter y la come libros de Lily Evans sería el tipo de brujas que una vez fueron veneradas.

El sonido de una aparición lo despertó de sus pensamientos. Cuatro de sus caballeros llegaron con la chica.

La pequeña y delgada bruja cayó de rodillas al suelo mientras sollozaba y se abrazaba a si misma.

—Buen trabajo mis nobles caballeros— dijo Sirius mientras se levantaba de su trono, caminó hasta la pequeña luz que lo miraba asustado.

—Yo.....lo lamentó— imploro la tierna bruja —No......yo no... quise lastimar a su sobrino. Fue... fue accidente, lo juro.

—Oh dulce Harriet— Sirius se incó ante la bruja, alzó su mano para secar las lágrimas que marcaban sus mejillas — Al contrario, las acciones de Draco fueron claves para saber de tu existencia.

Sirius se levantó y alzó a Harriet para que ella estuviera de pie.

Era tan bajita que apenas le llegaba a los hombros. Tan pequeña y esperaba que tan manipulable.

Una luz dispuesta a sucumbir ante sus sombras.

—La primera luz de Hestia existente desde la batalla entre Merlín y Morgana— continuó Sirius ante el rostro de incredulidad de su pequeña luz, sacó un anillo con una pequeña garra de plata.