Mara, Lucie y Kevin han vuelvo con los bocadillos y nos los estamos comiendo en silencio.
Tyler no ha pegado bocado; se limita a observar la comida.
El bocadillo me sienta como un tiro, como si mi cuerpo intentara expulsarlo. Me obligo a tragar y a bajar la comida.
Debe de ser tarde, pero no llevo reloj ni veo ninguno colgado por la habitación.
El silencio es tan pesado que no me atrevo a romperlo. Veo que todos están en su mundo, pensando en este lugar, sin duda, y preguntándose si podremos salir algún día, y cómo.
Cuando voy por la mitad del bocadillo, el estómago se me cierra por completo. Dejo el plato en la mesilla de café y me esfuerzo por no vomitar.
—¿Estás bien?— Me pregunta Mara.
—Sí, gracias.—
—Al final no tenías tanta hambre, ¿verdad?—
Sacudo la cabeza y contesto: —Pues no, la verdad.—
—No te preocupes, cuesta un poco volver a comer con normalidad.—
Me parece un horror tener que acostumbrarte a este infierno para dejar de sentir estas náuseas, pero supongo que no queda otra. En eso consiste la supervivencia, ¿no? La gente sobrevive a las situaciones más tremendas únicamente por lo potente que es el instinto de supervivencia.
—¿Cuándo creen que me tocará entrar en una de las salas?—
Ahora que Priya ya se ha encargado de romper el silencio, escupo lo que me ronda la cabeza.
Theo traga saliva y deja en la mesa su plato vacío.
—Ha habido gente que ha esperado semanas, y otros, días.—
Días o semanas. De lujo.
Espero que a Tyler le den unas cuantas semanas; necesita más tiempo para adaptarse. Quizá se percatan de su estado y la meten antes justo por eso.
—Riley, no te rayes. Se te acabará yendo la olla. Créeme.— Dice Kevin, y sacude la cabeza como si estuviera rememorando sus primeros días aquí.
—¿Cómo eres capaz de evitar pensar en ello?— Pregunto.
La mente se me va a las salas prácticamente cada tres segundos. Pintan tan mal que siento punzadas de dolor en la cabeza cada vez que alguien las menciona.
—¿Qué harás cuando salgas de aquí?— Pregunta Theo. Ha decidido distraerme, y se lo agradezco.
—Me encerraré en mi habitación a hartarme de Netflix y comida basura, que es lo que tendría que estar haciendo ahora mismo.— Esboza una sonrisa, pero sus ojos oscuros no transmiten más que tristeza.
—Echo de menos la comida basura.— Me dice.
—¿Te hace Netflix y comida basura en mi casa en cuanto salgamos?— Pregunto con una media sonrisa.
—Suena genial.— Contesta, y consigue soltar una risita.
Tyler se pone en pie de repente y el corazón me da un vuelco. Baja la cabeza y nos atraviesa con una mirada asesina.
—Tyler, ¿estás bien?—
—¿En serio estás pensando en una noche de Netflix estando aquí encerrados? Joder, Riley, que vamos a morir. ¿Por qué no lo aceptas de una vez?— Respiro hondo para tranquilizarme, me levanto y aprieto los puños.
—No vamos a morir. Deja de decirlo.—
—Tyler, ¿harías el favor de ir a la sala de espera?— Anuncia la voz de Noah a través de los altavoces.
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La Huida - Bienvenidos a un juego macabro.
Mistério / SuspenseEn el pequeño pueblo de Riley y Tyler ya han desaparecido once jóvenes. Todos dicen que han huido, pero ambos jóvenes no estaban tan seguros. Demasiadas desapariciones en un pueblo demasiado pequeño... Él y ella estaba decididos a descubrir la verd...