¡ Que sea lo que Dios quiera ! [Spideypool]

Deseo

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Estaba terminando mi patrullaje diario, eran cómo las 6 de la tarde y el cielo era hermoso, tenía un color naranja con unos toques en amarillo y rosa; eso es unas de las cosas que amo del patrullaje y la vista era aún más hermosa en lo alto de la ciudad, así que fui al edificio más alto de la ciudad para ver el atardecer, más de una vez estuve hasta tarde en la azotea de un edificio comiendo mi cena mientras veía el hermoso paisaje nocturno.
Todo iba bien en el día, no hubo mucha actividad en los criminales hoy; si es que apenas hubo un robo de un carro, un imbécil que quiso abusar de una muchacha en un callejón muy (MUY) oscuro y detener a un ladrón que le robo el bolso a una señora.

Todo estaba bien hasta que se me ocurrió ir al edificio más alto en Queens..

Lo encontré..... Otra vez.

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-Es en serio?

-Vaya, vaya, vaya.
Dijo el mercenario mientras caminaba hacia Peter.

-¿Qué te trae por aquí? Baby boy.

-¿Baby qué?

-No respondiste a mi pregunta.

-Solo venía a ver el atardecer.. ¿Y tú?

-Qué?
Dijo Wade ladeando su cabeza en muestra de curiosidad.

-¿Qué haces aquí, no es obvio?

-Ah, yo, pues.. Nada, se podría decir que lo mismo que tú..

-Me sorprende cómo es que hacemos para encontrarnos siempre..
Exclamó él más bajo.

-Cierto.

Después de ese comentario proporcionado por Deadpool, Spiderman pasó de él y se fue a sentar en la orilla del edificio, subió un poco su mascara no pasando de su nariz por el hecho de que Deadpool seguía ahí y se dispuso a comer la comida que estaba en su mochila que le había preparado Steve con mucho cariño.
Deadpool caminó hacia donde Peter se había sentado y tomó asiento a su lado, donde, casualmente sacó  una bolsa de papel que dentro tenía una chimichanga que se dispuso a comer.

Había un silencio entre ellos el cuál ninguno se dignó a romper, más no era un silencio incómodo, era uno de esos en los que puedes estar y no sentirte incómodo o presionado a romper para que las malas vibras se "vallan", aunque; había cierta tensión entre ambos ya que, los dos todavía recordaban el beso, y lo recordaban muy bien.

Peter veía de reojo al mercenario comer tranquilamente, por alguna razón se sentía seguro a su lado, era un sentimiento inexplicable, solo tenía una sensación reconfortante que le daban más ganas de seguir ahí, de entablar una conversación, pero no tenía con que, quería que se conocieran, más que solo  un encuentro casual y no volver a verse, quería ser algo más que un compañero.

No era posible.

No era posible porque ¡Él era un mercenario y él un super héroe!
Sus padres nunca lo aceptarían, si ya le habían prohibido muy claramente NO acercarse a ese mercenario.

Y ahí estaba, sin darse cuenta se había recostado en el hombro del contrario mientras ambos comían su cena, disfrutando de la presencia del otro.

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-Oye, arañita.

-Hm.
Murmuró Peter dando a entender que tenía su atención.

-¿Puedes levantarte, cariño? Se me durmió el brazo.