Aquí estoy nuevamente, parado frente al gran espejo con la cara mojada, el agua corre y corre..., mis ojos ardían tanto que no podían durar mínimo tres segundos abiertos. Mi corazón saltaba tan fuerte que podía ver a través del espejo el reflejo sobresaliente de mi corazón, apreté fuertemente con ambas manos los lados del lavamanos hasta que mis dedos quedaron completamente blancos, trataba de sacar de mi mente una y otra vez esas escenas tan horrorosas que me perseguían desde muy pequeño. Sin embargo, todo era inútil parecía una maldición, una de aquellas maldiciones que me hacían despertar todas las noches a la misma hora, debido a ello me causaba grandes problemas para volver reconciliar el sueño.
Cerré la llave del agua, podía escuchar las gotas caer de esta, tome la toalla ubicada junto a la puerta y me la pase por la cara dejando salir un gran suspiro. Luego tire la toalla al suelo y me fui a la cama, me deje caer de espaldas en la cama haciendo que lo único que viera fuera el techo de mi habitación. Gire mi cabeza a un lado para contemplar mi ventana, la luna estaba llena era tan hermosa y brillante, la única luz que entraba por mi ventana era aquella. Cerré mis ojos y me relajé, durante el transcurso del tiempo podía escuchar el sonido del viento atravesando los árboles, las hojas secas tendidas en la tierra, el retumbo de las cadenas. Pero espera... ¿Cadenas?
Sorprendido y sin lograr asimilarlo me puse de pies rápidamente y me acerqué a mi ventana para mirar, entrecerré los ojos para poder ver a través de la oscuridad, si bien la luna alumbraba la ciudad pero aun así no era lo suficientemente brillante para alumbrar las calles. Apoyé mis manos en el marco de la ventana para impulsarme un poco hacia afuera con la intención de llegar un poco más haya, pero fue inútil, escuchaba las cadenas pero no podía ver absolutamente nada. El sonido no era de unas cadenas comunes como de construcción, parecían cadenas más bien delgadas, como si alguien estuviera paseando a su cachorro. Bufé y volví a entrar decidido a irme a la cama para poder dormir, ya que necesitaba descansar y lograr olvidarme de muchas cosas que rodeaban y atormentaban en mi cabeza. Tome las puertas de mi ventana para cerrarlas cuando escuche nuevamente las cadenas pero esta vez aún más cerca, solté las puertas y me apoye en el marco nuevamente sacando la cabeza hacia afuera, trate de abrir los ojos lo que más pude esquivando aquel ardor que aún tenía por el llanto y lo logre ver, a lo lejos se distinguía una silueta de una persona no podía observar y notar si era de un hombre o una mujer, solo podía ver las cadenas entrelazadas en sus pantalones que brillaban cada vez que la pierna daba un paso detrás de la otra. Cada vez que se acercaba podía ver mejor a la persona, en un momento se detuvo totalmente, me rodio un escalofrío y me hice hacia tras dejando que la oscuridad de mi pieza me ocultara, o eso creía yo.
Pude notar que se trataba de un chico que parecía de mi edad, su piel era blanca, podía notarlo desde lejos, su cabello era negro, muy negro. Me ahogue con mi propia saliva cuando note que aquel hombre llevaba una pistola en su mano, le mire la cara y este miraba directamente hacia mi ventana con una expresión seria. Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, sentí un miedo horrible, intente alejarme para desaparecer de su ángulo, un enorme disparo acompañado de muchos gritos comenzó a escucharse por las calles, me lleve las manos a los oídos acompañado de un gran salto.
-¡Ven aquí maldito imbécil, esto aún no termina! - Note a lo lejos a un chico en motocicleta, fue entonces que note que el muchacho de las cadenas estaba en el suelo, tocaba con su mano una de sus piernas, levanto la mano y esta estaba ensangrentada, el disparo había dado justo en su muslo. Intento ponerse de pies pero cayó al suelo.
-Mierda... - Dio un pequeño grito. En ese momento mi corazón estaba latiendo a mil por segundo, no sabía que hacer, algo en mi me hacía querer bajar a ayudarlo, pero sabía que sería inútil, no sabía de quienes se trataban, algunos delincuentes arreglando sus problemas, ajustes de cuentas... Tendría que ser muy estúpido para entrometerme en problemas que no eran de mi incumbencia.
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¿Y SI ME PERMITO AMAR?
RomanceWalter Mattews esta dispuesto a olvidar todo su pasado lleno de acoso y maltrato. Para eso, junto a su madre deciden alejarse e irse a Fotbrad, donde tendrá que enfrentar nuevos problemas. Walter por primera vez sentirá que su corazón congelado comi...