Un Cambio Mágico (Bruno Madrigal x Lector)

6

Bruno se encontraba en un lugar oscuro. Todo negro. Pero voces se escuchaban a su alrededor

-todo es tu culpa

-¿que esta pasando?

El escenario cambió al pueblo de encanto, pero todos los miraban enojados y decepcionados. Algunos comenzaron a hablar por debajo y otros de plano lo insultaban

Eran demasiadas personas, y lágrimas se estaban formando en los ojos del peli-negro. Cuando vio a Casita comenzó a correr hacia su hogar. Pero el camino parecía eterno, y más cuando algunos adolescentes comenzaron a reír mientras le lanzaban piedras

Cuando llegó a casita intento entrar pero no abría .-casita! Abreme por favor!-. Rogaba mientras seguía siendo atacado .- ¡Por favor, ayudenme!

Y casita abrió y cerró las puertas rápidamente dejando caer al hombre de rodillas. No había nadie en casa, ni una sola alma. Jadeo exhaustivamente  y se limpió las lágrimas, luego cerró los ojos para calmar su respiración

-Bruno, ¿me estas poniendo atención?

Al abrir los ojos ya no estaba en casita, sino en un riachuelo junto a Victor

-e-eh?

-te estaba contando algo-. Dijo divertido .- te distrajiste

-l-lo siento... ¿Qué esta pasando?-. Esto último lo susurró, estaba muy confundido

-en fin, yo- ¿qué te pasa? Parece que viste un fantasma-. Notó que el momento se distorsionaba en dos interpretaciones del mismo escenario

En una se veía a Victor llorando con una cara de angustia y temor, y la otra tranquila

-¿Victor?-. Tomó la cara del chico preocupado, el menor sólo sonrió confuso

-actuas raro... te ocurre algo?

-n-no, solo... creí ver algo

Después de eso varios aldeanos se acercaron con cara de pocos amigos, ambos se levantaron y a Bruno se le agitó la respiración. Victor no entendía lo que pasaba. Los comenzaron a encerrar en un círculo

Fue en ese entonces donde agarraron a Victor de un brazo y lo arrojaron al suelo. Bruno trató de ayudarlo pero lo hicieron arrodillarse, le sujetaron de los brazos y le vendaron los ojos. Escuchaba como golpeaban al menor y este gritaba por clemencia

Bruno soltaba alaridos de ayuda, pedía que no le hicieran daño

-Todo esto es tu culpa! Madrigal!-. Gritó una mujer desconocida

Gritos repitiendo esa frase comenzaron a sonar aturdiendolo, trató de cubrirse los oídos pero era como si esos gritos vinieran desde dentro de su cabeza

Victor seguía gritando, rogando a que lo ayudara. Pero no se podía mover

-BRUNO!
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-Bruno... Bruno. Despierta-. susurraba el de ojos verdes mientras lo movía tantito. Se despertó con los quejidos que Bruno soltaba, y se preocupó cuando empezó a sudar

Bruno abrió los ojos y fue como si porfin pudiera respirar. Tomó una bocanada de aire mientras se sentaba en la cama. Miró al hombre a su lado

-Bru- -. No alcanzó a terminar porque él mayor tomó su cara con rapidez y lo movía revisando su cuerpo.