Ok, aquí vamos.
Es la primera vez después de mucho tiempo donde vuelvo al recuerdo de tu nombre, de tu esencia, de tu vida, de ti, para escribir esto.
Que agotador se vuelve el tratar de aparentar que no existe el sufrimiento que dejaste en mi corazón, la huella imborrable; se vuelve agobiante el intento de convencerme de que ya no volverás.
Dejo constancia en estas palabras, el inmenso amor que proclamé por ti y que aún sigue presente, pero ya no estás aquí para corresponderlo, porque hay alguien más en tu vida. El desgarrador sentimiento de que he perdido todo, que de nosotros juntos ya no queda nada.
Que difícil se hace levantarse cada día sin poder escuchar el sonido de voz, sin poder sentir los besos que con tanta pasión alguna vez me tocaron, sin sentir aquellos brazos que en los peores momentos, me acunaron, dándome fuerza, protección y serenidad. La necesidad de saber si estás bien.
No puedo negar lo mucho que te extraño, lo mucho que deseo que nada de esto hubiera pasado, de haber evitado antes que te fueras. Te extraño y quema no poder sacarte de mi corazón, eres todo eso que amé en magnitudes indescifrables y la memoria de tu existencia sigue intacto en mí.