No sé cómo empezar esto... que ridícula me he sentido, todo lo que creía que tenía y eso que me hacía fuerte en algún momento, ha desaparecido. Jamás pensé que esto pudiera pasar, lo impactante que fue ver que tenías a otra persona. Sentir que era tan reemplazable, que lo hiciste en tan poco tiempo. La sensación de perdición porque nunca me diste una respuesta concreta y sincera.
Recuerdo perfectamente la hora, el día y el momento en que te vi junto a ella, sin explicación, solo estaba ahí.
El desgarro de mi voz, la presión en el pecho, las lágrimas cayendo, mis piernas temblar y como el mundo se venía sobre mi cabeza.
No niego que tu ausencia ha sido uno de mis más grandes dolores, han pasado meses desde que decidiste irte y me sigo sintiendo a punto de caer al abismo. Hice un río con todas las lágrimas que he derramado por ti, he creado canciones e historias en tu nombre, sueño contigo cada noche viéndonos en un momento que no sucederá.
Quiero arrancarme del cuerpo la marca de tu nombre, quiero quitar de mi mente tu voz, los momentos junto a ti, la imagen casi perfecta de lo que ya no eres.
A las malas tuve que aprender que en el amor no siempre hay una segunda oportunidad y contigo, perdí todas las oportunidades por pensar que siempre te iba a tener.
