Las mañanas eran heladas
Aveces el humo de una taza de té caliente no era suficiente.
Jamás lo era.
Quizás alguien a mi lado sería la solución, pensaba.
Abrazos cálidos, compañía, era todo lo que deseaba.
Pero se conformaba con las mañanas frías, el te frío, luego de a duras penas haberlo tomado, pensaba todo lo que deseaba tener en vez de aquella taza.
Aveces llenaba su cabeza con explicaciones de porque no tenía aquellas cosas, siempre culpándose.
Pero no era su culpa sentir el frío.
Jamás lo había sido, pero siempre necesitamos a quien culpar.
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The Girl Who Smokes.
RandomDos historias. Estamos centrados en una. Las historias son parecidas, pero no están necesariamente unidas.