The Girl Who Smokes.

Pequeño infinito.

Las gotas de lluvia caían cual ráfaga por su rostro,

mezclándose con sus lagrimas, así incluso parecía estar bien.

Jamás lamentaba todo lo que había vivido,

solo se arrepentía de no haber vivido esas experiencias al máximo.

Claro, siempre se culpaba a ella, de no haber aprovecha la oportunidad.

Él la había destrozado,

pero había hecho que su corazón muerto volviera a latir.

La hizo sentir viva, durante su pequeño infinito.

Aveces recordaba esos momentos, aunque no con una sonrisa,

Por ello las lágrimas.

En esos momentos, lo único que cruzaba por su mente, era una oportunidad más.

Pero siempre recordaba,

"Aveces los dichos son una mentira".

Y en efecto, al verlo con otra lo realizó.

Lo eran.

Y por primera vez en un tiempo, lo comenzó a aceptar.

Así que esta vez, sí dejo caer su cigarro.