Adam.

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Los chicos nuevos siempre habían sido la sensación.
Y no había sido la excepción.
Aunque no solía hablar con muchos, y sólo se encerraba en su mundo con audífonos y música demasiado alta, había algo en el que llamaba la atención.
Su presentación formal fue muy inesperada, había sido un pésimo día y ella había sido sacada de clases por su profesor, y sabiendo que nadie iba a salir en aquellas horas, fue a detrás de la escuela a fumar un cigarro a escondidas.
Jamás pensó encontrarlo fuera de clases con un encendedor en sus manos, y cuando ella llego, le pidió amablemente un cigarro, y le guiñó.
Fue imposible resistirse a eso.
Al encender el cigarro, ella tomo el encendedor, y leyó las letras desgastadas en el.
Adam-dijo él al notar donde se encontraba su mirada, y extendió una pálida mano hacia ella.-
Ella la estrecho de vuelta, quizás no era mala idea tener un amigo.
Quizás.

The Girl Who Smokes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora