7. Es Paciente

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—Sal de aquí ahora, Natsu.

Vale, no empezamos bien.

La rubia estaba sentada en la silla de su escritorio. Frente a ella estaba el pelirrosa, sujetando un adorno que rompió el mago por accidente.

Dicho objeto era una decoración bastante costosa, la maga estuvo varias semanas ahorrando dinero para comprarlo. Tenía dos semanas de haberlo comprado.

Natsu se percató del nuevo objeto, que era además delicado. La rubia le aviso de que tuviese cuidado y lo dejase en su lugar. Pero el pelirrosa hizo oídos sordos y siguió jugando con la decoración.

Y ocurrió lo que temía la maga celestial. Él rompió el objeto dejándolo caer al suelo y partiéndose en varios pedazos.

—E-estoy seguro de que se puede arreglar. A-así que no te enfades, ¿vale, Lucy?—Hablo temblando el mago.

—Solo vete de mi casa, Natsu. Ahora.

Lo último lo dijo con voz asesina. Dando a entender su enfado. Aunque por algún motivo, ella no lo había golpeado y se estaba absteniéndose gritarle, cosa que extraño al pelirrosa.

Quería preguntarle, pero sentía que si lo hacía, acabaría con esa paciencia que le estaba costando mantener a la maga.

—¡Si, señora!—Al final hizo lo que mejor se le ocurrió y le estuvo ordenando la rubia. Huir.

.....

Se hizo de noche, habían pasado varias horas desde que se fue de la casa de Lucy. No sabía si sería buena idea volver a la casa de su compañera o esperar al día siguiente, creyendo que en el gremio ella estaría más tranquila. Pero decidió visitarla cuando estuviese dormida.

Podría verla dormir como había hecho varias veces pero prefirió que aunque tuviese que despertarla de madrugada, por lo menos se disculparía correctamente.

Y fue como si el destino se lo hubieses dejado en bandeja, porque al llegar a casa de la rubia, la luz de la ventana estaba prendida.

Al asomarse para mirar el interior, vio a su compañera sentada en el suelo. Intentando arreglar el adorno.

Estaba bastante concentrada, pero también se le veía triste.

«¿Por qué es tan importante para ella esa cosa? ¿No podría comprar otro?»

Luego recordó que Lucy le había dicho que era algo muy caro y ella siempre estaba llorando por ir justa de dinero para pagar el alquiler de su casa.

Después de pensarlo mucho, entró a la habitación de la chica y se situó al lado de ella.

—Si vienes para causar más destrozos, mejor vete. —No se asustó ni le miró, siguió con su tarea como si nada.

—Vengo a disculparme.

—Eso es extraño en ti. —Sonrió levemente la rubia, obviamente con sarcasmo.

—No sabía que eso sería tan importante para ti, lo siento.

—Tú nunca sabes nada, pero aceptaré tus disculpas. Pero si vuelves a romper algo de mi casa, por aquí no te asomas de nuevo en una larga temporada. ¿Entendido?—Dijo sonriendo, pero la seriedad en sus palabras no desaparecieron.

—Sí, señora.

Por lo menos lo intentaría, a saber cuánto tiempo durará con la tentación de fastidiar a su amiga.

¿Por qué la quieres? | Versión Natsu | NaLuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora