Prólogo

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Rossely

Falta menos de 10 minutos para que el partido terminé.

Hunter, el  quarterback, recibe un  pase de uno de los jugadores si mal no recuerdo su nombre es, Noah, el equipo contrario intenta derivarlo y...

—touchdown, bitches — mi grito hace a la multitud enloquecer, sonrió antes de eso.

Las porristas llenan el campo de juego mientras yo permanezco parada  observando como lo jugadores celebrando con su capitán, Hunter Klein, la fantasía de cualquier chica, malo que esa actitud de mierda no lo haga atractivo para mí.

Sera por qué eres su versión femenina?

Mi cuerpo se tensa en el momento en el que captó a Mía cerca de...

El sonido de mi teléfono con una llamada entrante me saca de mi pensamiento. Britanny.

—¿Bueno?

—Ely, ven para la casa —la voz de mi hermana se encuentra entrecortada al otro lado del teléfono.

—¿Qué sucede? —le pregunto al tiempo en que mi mirada captan unos ojos grises fríos que conozco bastante bien, le devuelvo la mirada.

Doy media vuelta con dirección a los ventiladores.

—Ella regreso, dijo que tenemos que ir a una cena, sin protestar — ¡Maldición!

—llego en una hora y media, chao.

Cortó la llamada para aprovechar que las porristas y los jugadores se irán a celebrar a la casa de mía, así tendré ducha sola. Me miró en un espejo de cuerpo completo dónde me empiezo a desvestir pero el ruido de la puerta llama mi atención.

—¿Qué haces aquí? —pregunto a la persona que acaba de entrar.

Cómo si no supieras la repuesta, dah.

—Haciendo pregunta tontas, duquesa — mi mirada recae en sus labios, mi respiración se descontrola cuando se lo remoja moviendo el arete que hay en él —pensé que habías dejado eso

—¿Tu piensas? Que raro — me volteó a continuar desnudándome,  sintiendo su mirada en mi espalda o más específicamente en mi culo.

Sus manos frías acarician mi cuello y la sube un poco más para desatar la coleta, extrañaba sus caricias, el estremecimiento que me recorre el  cuerpo con cada beso que me da en el cuello, sus manos en mis senos bajando lentamente por mi abdomen hasta llegar a mi parte íntima dónde sus caricias eran lentas pero torturosa. Gimo cuando siento uno de sus dedos entrar en mí y sus besos en mi cuerpo, meneo mi cadera en busca de más y me lo da ya que entra un segundo dedo dándole más rápido.

—Extrañe esté coño, duquesa—su voz suena tartarosamente ronca.

—y yo te extraña a ti— mentira no es, extrañaba todo de él.

Mi cuerpo se sacude con el orgasmo, sus manos me sujetan de la cintura para estabilizarme ya que las piernas me tiembla mucho. Cuando logró estar de pies nos movemos a la ducha, no me di cuenta en el momento que se desnudo pero su cuerpo es un arte para observar. Cuando estamos en la ducha, la enciende en tibia. Me mojo completa y lo atraigo del cuello hacia mis labios, es un beso lleno de lujuria y pasión, con otro sentimiento de mi parte, un beso que me hace mover cada parte de mi cuerpo.

Inclinó mi cuerpo hacia adelante quedando de rodillas, su miembro se encuentra bastante erecto y lo tomo entres mis manos, no logro cerrarlo por completo, subo mis manos de arriba para abajo al mismo tiempo qué pasó mi lengua en círculo por la punta, muevo mi cabeza intentando que llegue hasta el fondo de mi garganta pero es en vano, es demasiado grande.

Efímero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora