En un lejano lugar rodeado de un espeso bosque hay un pequeño reino el cual está protegido por grandes murallas, las cuales ninguno de los que vivían dentro de las mismas sabían su origen o como fueron edificadas, siendo que la mayor explicación que se les daba era que los dioses las habían colocado para poder proteger a las personas de los monstruos que hay en el exterior, siendo que en muy pocas ocasiones se dejaba entrar a algunas personas que estaban de paso, personas que contaban a este pequeño reino sus historias de viajes por paisajes increíbles, lugares donde las personas conviven y son más cercanas a los espíritus, y de batallas contra monstruos que existían fuera de las murallas, todas estas historias llegaban a los oídos de algunos niños y jóvenes que llenos de curiosidad y deseo de conocimiento querían salir de las mismas murallas y volverse aventureros que pudieran viajar por el mundo que desconocían, pero otros solo se llenaban de miedo pensando en las terribles criaturas que había afuera de las murallas que los protegían.
Grey siendo un niño que le agradaba escuchar las historias de los aventureros, sobre todo aquellas en las que mencionaran dragones ya que el veía a los dragones como criaturas extraordinarias, había aprendido gracias a las lecciones del templo, que los dragones apoyaron a los dioses en la guerra de las verdades, siendo que estos mismos llegaron a incluso crear armas para los dioses; junto con Grey se encontraban sus amigos más cercanos Alex un chico muy alegre, pero a la vez muy inquieto siendo que siempre se metía en problemas por la increíble cantidad de energía que tenía y las locuras que llegaba hacer y por otra parte su amiga Luan una chica de cabello corto al igual que de estatura, dándole el aspecto de una niña que para su corta edad uno llegaría a creer que se comportaba de forma madura, siendo que varias veces ella llegaba a ser la que actuaba como "la adulta" en el grupo, varios días ellos convivían en el templo o en las calles del reino donde buscaban ver que hacer.
Los días dentro del reino fueron pasando, Grey iba al templo siempre acompañado por su madre, una mujer de aspecto serio, pero que siempre estaba dispuesta a tener una entablar una buena charla con la persona que lo quisiera, claro mientras que esto no le quitara tiempo de su trabajo en casa, ella deseaba que este creciera para poder convertirse en un buen hombre, al llegar a el templo, fueron recibidos por los monjes que cuidaban de este, era un lugar grande no igualaba el gigantesco castillo del rey, pero era una estructura que podría ser fácil de reconocer por sus esplendidos tejados decorados con tejas de colores brillantes. En la entrada del templo había un monje que vestía la túnica que todos los oradores del dios de la realidad usan, una túnica de un color grisáceo con algunos pequeños toques de color blanco, este estaba barriendo las afueras del templo, este estaba saludando amablemente y con una sonrisa a todas las personas que iban a dejar a sus hijos en el templo, Grey entro al templo y busco el salón donde normalmente tomaba clases, al entrar a este pudo toparse con sus amigos y con varios de sus compañeros los cuales estaban hablando entre ellos y algunos jugando en el salón, puesto que el maestro aun no llegaba, después de unos minutos se pudo escuchar el canto de las campanas del templo lo que dio señal al inicio de las clases en el templo, a este sonido todos los niños empezaron a sentarse en sus sillas, en eso por la puerta entro el maestro quien saludo a su grupo y procedió a leer uno de los libros que el portaba para después poder hacer anotaciones en uno de los pizarrones del salón, las clases llegaban a ser interesantes para algunos de los niños, para otros eran aburridas y las únicas que llegaban a ser entretenidas eran las de alquimia, magia y la clase de entrenamiento físico, puesto que algunos no disfrutaban lo que sería de tener clases de literatura, matemáticas y biología. El maestro, cuyo nombre era Loyd, explicaba los temas de una forma seria dando siempre datos que para su perspectiva serian curiosos para los niños y tratando siempre de despertar un interés por el estudio en su grupo, sin embargo el mismo terminaba sucumbiendo a el enojo por ver como alumnos suyos como lo era Alex, Alejo y Matías, terminaban siendo niños que jugaban a escondidas o se hablaban sin prestar atención a la clase, siendo que este pequeño grupo siempre terminaba con castigos de tener que escribir largos párrafos o de estar parados al frente del salón teniendo cada uno en sus brazos libros pesados que debían mantener levantados hasta que el maestro decidiera que el castigo había terminado.
ESTÁS LEYENDO
Adventures
AdventureUn grupo de jóvenes adentrándose a un mundo del cual solo llegaron a conocer por historias que llegaron a escuchar en su pueblo, logrando experimentar varias aventuras, descubriendo poco a poco el mundo que tanto deseaban conocer, viendo como el mu...