Ensoñación

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Jungkook tomo el hielo y lo arrojó en la licuadora, preparando la orden de capuchino y espresso para uno de los tantos clientes sentados en las distintas mesas del local. Sus manos se mueven en automático buscando y mezclando los ingredientes para realizar los procedimientos que ya se sabe de memoria. Sin embargo, al principio no era tan bueno como ahora, incluso si había sido entrenado para el empleo junto a otros novatos, se había mantenido con grandes ojos brillantes, cientos de dudas pegadas en su rostro junto a la odiosa expectativa adherida en su mente por todo lo que se suponía debía llegar a lograr. En ese tiempo Jungkook había irradiado estrés desde cada poro de su cuerpo incapaz de mantener la tensión en sus articulaciones a raya. Se había visto reflejado en cada uno de los aprendices, sus miradas y movimientos nerviosos, cada pequeño pensamiento de miedo ante la inseguridad de no ser lo suficientemente bueno, todos ellos luciendo tan fuera de su zona de confort como él, y lo eran.

Los primeros días después de ser contratado se había encontrado sumamente inquieto tratando de preparar y recordar cada orden, había sido difícil, como una cuestión de vida o muerte tener que ser rápido y ágil, pero a la vez preparar con eficiencia cada pedido. No es que no fuera bueno en ello, lo habían contratado después de todo era solo que se trataba de su primer empleo y se sentía tan inexperto. Ser el único barista en el horario de la tarde de ese Starbucks tampoco lo ayudaba a calmar su inquietud, por suerte no fue así por mucho tiempo, al cabo de dos días agitados y enloquecedores, contrataron a Jimin el segundo barista después de él, alguien con experiencia, le había dicho su jefe.

El rubio ceniza de estatura promedio, risa escandalosa, rostro fino acompañado de unos ojos azules que parecen suaves si los miras tenuemente desde la distancia, pero que si te quedas observando el río celeste en estos, descubrirás lo voraces que pueden llegar a ser en segundos, en realidad jungkook no demoro en entender que todo en el chico es de esa manera, con comentarios sarcásticos que ayudaron a deshacer los primeros días incómodos de trabajo en equipo, hasta la forma en que desde el principio Jimin le dejo en claro que no iba a trabajar con perezosos y que podía irse a la mierda desde ahora sí no iba a tomar su trabajo en serio y aunque al inicio sus palabras lo intimidaron, finalmente sería su actitud amigable, que se desplegó del rubio tan rápido como vio el interés de jungkook en mejorar como barista, sumado a los buenos consejos porque -llevo un año en esto, soy genial en lo que hago- palabras de Jimin no suyas, lo que al cabo de semanas los convertiría en lo que son ahora.

Hermanos.

Jimin hizo del trabajo algo más sencillo, los días de correr desesperado por preparar lo que parecían infinitas órdenes se detuvieron, claro que las tardes pesadas con cientos de personas ingresando al local no cesaron, sin embargo, con Jimin allí fue mucho más fácil porque se dividieron la carga. Ha pasado un año de eso, se ha acostumbrado al delantal verde junto a la camisa negra que debe llevar, la gorra que utiliza eventualmente, específicamente en esos turnos de tarde después de las clases en su universidad; en días como esos hacer una pausa para simplemente mirar la ciudad que lo rodea, se convierte en algo inalcanzable, apenas maniobrando entre trotar hasta el local, solo porque en esos días no puede darse el lujo de ir caminando, Y hacer todo lo posible para verse lo más presentable, pasando pañitos húmedos por su cuello y rostro antes de que tenga que estar de pie en su lugar de servicio preparando órdenes. Sin embargo, aunque probablemente la mayoría de lo que ha dicho ha sonado como quejas, jungkook está muy agradecido de haber conseguido el trabajo a medio tiempo, no únicamente porque realmente necesitaba el dinero, sino también por los amigos que allí consiguió, después de todo la beca que adquirió para estudiar diseño gráfico en la capital no cubría todos los gastos que cambiar de ciudad conllevan e incluso con la ayuda de sus padres, el dinero no fue suficiente y eso sumado a llegar a un sitio desconocido en dónde no tienes a nadie cercano, no fue fácil. Pero hoy está bien, al final del día estará rodeado del delicioso olor a café riéndose con Jimin junto a otros trabajadores sobre cualquier anécdota, bromeando con felix e incluso perdiéndose en los profundos hoyuelos de Namjoon.

Starbucks→Junghope Donde viven las historias. Descúbrelo ahora