Querida yo: Lunes 01 de Septiembre de 2009
Hola Mila, hoy nos remontamos a el primero de septiembre ¿lo recuerdas?.
Así es, es el comienzo del nuevo y último ciclo escolar así que si para este punto te perdiste o no recuerdas muy bien este día, te pongo en contexto:
Mi alarma sonó a las 6:00 a.m y me levanté rápidamente porque no había podido consolar el sueño la noche anterior, era una mezcla entre emoción y nervios por fin vería a mis nuevas amigas en el colegio, a pesar de habernos visto varias veces durante las vacaciones de verano.Algunos recuerdos se vinieron a mi mente...
*Laura lanzándose a la alberca por jugar verdad o reto...*
*La pijamada en casa Kira...*
*Cuando Joe se le declaró a su crush y el imbécil lo rechazó, pero terminó conociendo
a alguien más que ahora formaba parte de nuestro team, se llamaba Tom.*
*Cuando hicimos la coreografía de Umbrella bajo la lluvia y Cara se resbaló
arrastrándonos a todos a suelo, después de eso terminamos teniendo un resfriado grupal.*
*El campamento que hicimos fuera de la ciudad...*Una gran sonrisa se formó en mi cara al recordar todos esos momentos al lado de esas personas que se habían vuelto tan especiales para mí como yo para ellos, tenía la dicha de llamarlos mis amigos, mi squad y mi familia.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por unos golpecitos que llamaban a mi puerta:—¡Mila! ¿Ya estás lista? Te estamos esperando para desayunar— Sí, esa era mi madre.
—Ya voy— Contesté.
Por un segundo pensé en decirle que no tenía hambre o algo por el estilo, volteé y vi la puerta del baño, rápidamente sacudí mi cabeza:
No. Ya no.—Bien, pero apresúrate si no quieres llegar tarde al colegio recuerda que Joe va a pasar por ti.—Dijo para finalmente escuchar como bajaba las escaleras en dirección al comedor.
Me di un último vistazo en el espejo y tal como decía el pequeño post it pegado en una esquina con mis tareas del día me repetí a mi misma:
Eres hermosa.
Eres valiente.
Eres fuerte...
Querida yo...Te quiero.Procedí a tomar mi mochila y bajar las escaleras con una gran sonrisa pues este día pintaba a ser prometedor, finalmente pasé por la puerta que nos llevaba al comedor y posteriormente a la cocina.
—Buenos días, mamá— La saludé con un beso.
—Buenos días, papá— repetí la acción.
—Buenos días, Mila— Respondieron al unísono y se echaron ligeramente a reír, yo
copie su acción pues me había causado gracia.—Siéntate— Mencionó mi padre esbozando una sonrisa.
Mi madre puso un pequeño bowl con mis frutas favoritas, sin embargo en la mesa había un poco de todo, frutas, pan, jugo, etc. Al ver toda esa comida sentí una pequeña presión en mi pecho que mis padres notaron.—Está bien— Dijo mi madre mientras tomaba mi mano
—No estás sola—Agregó mi padre mientras posaba su mano encima de la de mi madre y la mía.
—Gracias— Dije un poco sentimental.
—Bueno pues a empezar el día ¿no?—Dijo mi padre terminando con aquel silencio un tanto incomodo para mí.
—Estoy de acuerdo—Agregó mi madre con una cálida sonrisa. —Pues provecho—Dije finalmente.
Una vez terminé con aquel bowl con frutitas, tomé unas piezas de pan francés que mi madre había preparado, me encantaba.
Comencé a comer de mi pan francés mientras lo saboreaba lentamente, esa textura y mezcla de sabores eran lo mejor que podía existir.
Sin embargo conforme más digería los bocados aquella sensación incrementaba, tengo que decir que estos últimos meses había pasado de ser un ligero a un gran malestar que a veces me impedía si quiera el pensar en comida. Cada vez era más notorio hasta que por fin escupí mi comida en una servilleta mientras hacía un mueca y sostenía mi cuello mis padres me miraron asustados.
—¿Estás bien?— Preguntó mi madre exaltada.
—¿Te llevamos al hospital? ¿Te sientes bien?— Exclamó mi padre asustado. —Si no quieres ir al colegio, no tienes que hacerlo— Dijo mi madre.—Concuerdo, tu salud es primero— Agregó finalmente mi madre.
—Estoy bien, relájense y claro que voy a ir al colegio—Dije firmemente para calmarlos.
—¿Segura?— Preguntaron al unísono.
—Sí, sabíamos que esto pasaría tarde o temprano—Dije mientras me encogía de hombros con resignación.
Mis padres se miraron el uno al otro y en sus ojos se podía apreciar claramente esa frustración y tristeza que tanto los había invadido en estos últimos 6 meses.
—¿Ustedes siempre hablan al mismo tiempo? ¿Acaso se ponen de acuerdo o es que tienen algún tipo de poder para comunicarse por telepatía?—Dije divertida para romper ese incómodo silencio y miradas de tristeza que se habían formado en el ambiente.
—Es el amor...— Dijo mi madre mientras suspiraba con una sonrisa en la cara.
—Estamos conectados con el corazón— Agregó mi padre mientras la miraba como si fuera su vida entera.
—¡Eww!...Ok, ok dije ya me tengo que ir porque de tanta miel que están derramando ustedes dos tengo miedo de que se me empiecen a subir las hormigas.— Dije con una cara divertida y expresión de repulsión mientras sacaba mi lengua.
—Sí, si, si con cuidado hija ten un lindo día— Dijo mi madre sin quitarle a mi padre los ojos de encima.
Subí nuevamente a mi habitación por mi maleta y de pronto escuché el timbre de mi casa sonar por lo que mi madre me gritó desde abajo para que escuchara:
—Cariño, ya llegaron por ti, ¡no tardes!— —¡Ya voy!— Contesté.No tarde ni 5 minutos en tomar mi maleta y cepillarme los dientes cuando bajé para encontrarme con Joe en la puerta, cosa que no pasó, por lo que me dirigí a la cocina y ahí estaba el muy dichoso con mis papá sentado mientras terminaba de desayunar y mi mamá entregándole un tupper con varias piezas de pan francés a lo que yo fruncí el ceño mientras sacudía mi cabeza y mi mamá le decía:
—Toma, gracias por ofrecerte a pasar por Mila diario, sabes que te adoramos en esta casa y siempre eres bienvenido.— Dijo sonriente mi mamá.
—Si Joe, eres un buen muchacho nos alegra que seas amigo de Mila y la quieras tanto como nosotros a ti.— Agregó mi padre.
Joe hizo una reverencia como si de la realeza se tratase y tomando el tupper exclamó dramáticamente:
—No hay de qué, saben que quiero a Mila como si fuera mi propia hermana y les agradezco mucho su cariño, además este pan francés es un manjar de dioses.—Dijo mientras recobraba la postura mis padres le sonreían.
—Sí, pero ya vámonos porque vamos a llegar tarde—Agregué aburrida.
—Hasta luego Chris, adiós Liv— Se despidió de mis padres de beso y comenzó a salir de la cocina para dirigirse a la puerta principal.
—Ahora si me voy— dije y empecé a seguir a Joe. —Adiós, cariño ten un gran día—Se despidió mi mamá. —Bye Mimi, te amamos—Dijo mi padre.
—Los amo— Dije mientras cerraba la puerta.
Caminamos hasta el auto de Joe y este me abrió la puerta del auto para que entrara.
—Toma.— me dio el tupper que mi mamá le había dado hace unos segundos y rodeó el auto para empezar a conducir.
Una vez dentro me dedique a mirarlo y con una cara seria: —¿En serio? Le dije con un poco de sarcasmo en mi tono. —¿Qué?——¡El pan francés!— dije con obviedad.
—¿Qué tiene? No puedes negar que el pan francés que hace tu mamá sabe a gloria— dijo retándome.—
—¡Pff! Tu ganas, no te cumplo mi mami hace el mejor pan francés del mundo y eso que no somos franceses haha— Dijo divertida.
—Pues vámonos, que hoy tenemos que brillar— dijo él.
—Claro, pero... ¿Sabes qué necesitamos para comenzar bien este día?— Pregunté emocionada.
—Una dosis de...—Continuó el.
—¡Taylor Swift!—Dijimos al unísono.
—Pon la playlist en aleatorio—Dijo él.
Ibamos cantando a todo pulmón You Belong With Me en el auto tal cual nuestro
Carpool Karaoke."Oh, I remember you driving to my house In the middle of the night
I'm the one who makes you laugh
When you know you're 'bout to cry
And I know your favorite songs And you tell me 'bout your dreams Think I know where you belong Think I know it's with me..."Nos detuvimos en un semáforo que se encontraba a unas 4 cuadras del colegio y una vez que llegamos vimos a nuestro grupito mientras Joe estacionaba el auto.
—¡Mila! ¡Joe!— Chillaron todos.
—¡Hola!— Dije y empecé a abrazar a todos, Joe hizo lo mismo.Una vez que nos saludamos entre todos decidimos entrar al colegio no sé que nuevas aventuras, problemas, desastres o cosas nos esperaban este año pero yo estaba lista para todo y algo me decía que por ser este mi último año de escuela antes de la universidad sería memorable. Así que hasta la próxima.
Querida yo...Te quiero.
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Querida yo: Si lees esto... Te quiero
RandomMila es una adolescente que nos cuenta la historia de su vida amigos, familia y cómo es luchar contra está guerra llamada adolescencia y muchas situaciones que nos harán sentir identificadxs a más de uno.