Él tiene un nombre, se llama Hoseok, tiene casi dos años, su lenguaje a pesar de su edad es bastante fluido y camina decentemente y al parecer ya va al baño, solo.
A llorado un montón, desesperando a ambos jóvenes que no saben qué hacer con él, aunque Seokjin sabía que eso no le correspondía no podía dejarlo en manos de Jungkook. Porque el menor es un desastre que no sabe cuidarse solo, menos a un bebé de dos años.
Ambos fueron al supermercado donde compraron lo que creían necesario para el niño, desde pañales, hasta ropa y leche.
—¿Ya puede comer papillas? —le preguntó Seokjin al pelinegro.
—La verdad no lo sé.
Seokjin rodó los ojos con un "irresponsable" y siguió llenando el carrito del súper con algunas papillas de fruta y otras de verduras.
—No creo que sepas prepararlas así que con esto será suficiente.
Lo vio asentir y seguir tachando cosas de la lista que creían necesarias para un infante.
—Sólo faltan cosas de higiene personal —le dijo Jungkook.
—Ok, creo que esos están por aquella sala, estoy cansado es tu turno.
Seokjin le pasó al niño, que estaba profundamente dormido, a Jungkook y tomo el carrito y la lista.
Hoseok despertó cuando ya estaban en el coche de Jeon y lo único que hizo fue gritar por su mamá, lo que de nuevo desespero a ambos jóvenes que no tenían idea de que hacer para calmarlo.
Seokjin quería ir a buscar a esa mujer y darle unas buenas cachetadas.
Controlar a un niño como él no era fácil pataleaba en los brazos del mayor y lo arañaba.
—Deberíamos dejarlo en un callejón y salir corriendo —bromeo Jungkook.
—Muy gracioso —Seokjin le miró con sarcasmo —. Sólo hay que aventarlo de un puente.
Luego ambos rieron mirándose a los ojos, dándose cuenta que era la primera vez que bromeaban o que pasaban tanto tiempo juntos a pesar de estar viviendo en el mismo lugar.
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PAPÁ SOLTERO | KookJin
Storie d'amoreAhora no sólo comparten habitación, también el cuidado de un niño de dos años. Seokjin y Jungkook, totalmente desconocidos y diferentes, uno hetero y mujeriego, uno homosexual y con un sentido fuerte de la responsabilidad, nunca pensaron que termin...