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Chapter two

Abrazada a la caja registradora, pensó si debía haber hecho algo por el día anterior. El cantante se había quedado estático frente a ella y ella solo pudo ofrecerle postres distorsionados o cafés inexistentes que provocaron una carcajada en el hombre.

Sentía plena humillación ante eso, más porque aquel cantante había aparecido nuevamente y ahora tenía un semblante serio en su rostro, su celular entre sus manos y la gorra en la mesa.

Se debatió entre ir y preguntar ya que el hombre no había querido pedir nada más que no fuese agua y aún no se iba. Los clientes entraban y salían, sentía como si fuese una eternidad cuando lo veía, pero al posar sus ojos en los demás era diferente.

Se enderezó y volvió otra vez a su mesa, ya había ido unas cuantas veces antes y solo agua había pedido. Saludó cuando el hombre levantó la mirada y este le fue indiferente, no comprendía donde estaba el JiMin que tenía una sonrisa en su rostro.

Acomodó su cabello y tomó asiento frente a él, después de todo ese día tenía un compañero de trabajo que había sido contratado el día anterior, Kim NamJoon se llamaba.

—Disculpe, no pedí sus servicios

Soltó de manera indiferente, nada comparado con el JiMin del día anterior. Mordió su labio y comenzó a jugar con una servilleta que había tomado, rompiéndola un poco al estarla jalando.

—S-si, lo sé. Solo quería ayudar, lo siento

Se levantó y mordió su labio con fuerza, rompiendo este y dejando caer una gota del líquido rojo en la mesa, se asustó y limpió el lugar con rapidez, NamJoon parecía intentar decirle que se enfocara en ella pero parecía empeñada en terminar de limpiar la mesa que había manchado.

El cantante se levantó y JunAh supo que había cometido tal error, bajó la cabeza aún con la sangre saliendo de su labio inferior, mordió el mismo con un poco más de fuerza, enfocándose en el dolor y no en su corazón que latía con demasiada fuerza.

Sintió como la mano del mayor le hacía alzar la cabeza y limpiaba la zona con la servilleta, haciéndola sentir nerviosa. Sentía que era un sueño del cual no quería despertar, pero todo se fue cuando se alejó de ella y volvió a sentarse, la conmoción del momento se esfumó y también las flores y rositas que ella había creado alrededor de ellos dos.

Siguió mordisqueando su labio y regresó a caja, donde NamJoon sonreía por la reacción de la más joven al haber manchado la mesa de sangre.

—No es gracioso, puede bajarle puntos al café

Estaba desilusionada, quería ver al JiMin con su sonrisa perfecta y hermosa, aquellos ojos que se encogían cada que sonreía y su voz tan suave y melodiosa.

Estaba tan enamorada de él que sería incluso capaz de hacer millones de tonterías con tal de verle sonreír.

Pero, aunque lo intentara, solo sería una humillación para ella e incluso haría que el cantante la demande. Decidió quedarse quieta para que el cantante tuviese su espacio y dentro de una llamada que tuvo el mismo se retiró después de pagar.

Un suspiro salió de sus labios y golpeó su frente con el mostrador dejando un sonido que NamJoon pidió disculpas al notar que había sido JunAh.

—¿Qué sucede?

—¿Qué hice mal? No que hice en mi vida pasada que me paga con un persona que jamás me va a ver cómo yo lo veo

Salió en susurros pero algo pasaba en todo esto y es que el cantante había entrado para comprar una botella de agua para su entrenamiento, dándose cuenta, por error, de los sentimientos que tenía una empleada por alguna persona.

No le tomó tanta importancia por lo que tomó asiento frente al mostrador y buscó en su mochila su billetera la cual había tirado hasta el fondo.

Quizás era demasiado descortés de su parte escuchar conversaciones que no eran de él pero solo quería encontrar sus billetera, comprar su botella de agua e irse del lugar ya que iba tarde.

Movió todo cuanto pudo hasta que el compañero de trabajo de la chica habló de algo que su cabeza creyó como algo, quizás, importante.

—Pero ¿Quién es la persona que está tan lejos y tan cerca a la vez?

Un quejido suave se escuchó por parte de la joven, quien se enderezó y miró al hombre frente suyo. El cantante seguía escuchando mientras sacaba su billetera del fondo de la mochila donde la había dejado, aprovechando para sacar también su celular de ahí.

—Pues es Park JiMin

Se estremeció al escuchar su nombre, temió que fuese algún tipo de esas acosadoras que se meten hasta a los lugares más descabellados para seguirle como si no tuviese vida propia.

—¿Segura?

—NamJoon, no he tenido novio desde los veinte. Y tengo veintidós

No se movió, ahora tenía un temor más en el café hasta que ella volvió a hablar.

—Pero da igual. Él no me verá así y si quiere demandarme por lo que hice en la mesa, puede hacerlo, se lo permito, si cree que soy una acosadora que lo haga, pago años en la cárcel con tal de no verle otra vez porque siento que me odia, en serio

Fue entonces que salió de su escondite, ambos trabajadores abrieron los ojos con demasía mientras que el cantante solo pedía la botella más grande con agua para luego irse de allí diciendo que se quedaran con el cambio.

—¿Él me habrá escuchado?

Soltó de manera nerviosa, NamJoon rascó su nuca y suspiró, definitivamente había escuchado.

—Ese hombre escuchó cada una de tus palabras, parece haber tenido tiempo para escuchar la "trágica historia" de una enamorada más

Y si, estabas completamente perdida porque lo que había hecho no tenía precio y si el artista quería denunciarla, lo haría, lo aseguraba.

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