Capítulo 3: Una bonita amistad.

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Naruto estaba perplejo. ¿Encerio Sasuke es tan desgraciado cómo para mentir de esa manera?, Aunque en el fondo le esté quemando, dejarlo fue la mejor decisión.

—… ¿Naruto? —dejó el teléfono en la mesita de la sala de estar. Se acercó a Naruto y lo abrazó por sobre los hombros.

—…Descuida, todo está bien. —intentó sonar tranquilo, nada estaba bien pero tampoco quería mostrarse débil ante él, no de nuevo.

.Tú tú, nadie como tú tú.
No hay un sustitutu pa' ese
cuerpo que a mí ya me tiene cucú.♪

—¿Tienes ambre? —preguntó Naruto. Intentaba distraerse con algo o más bien intentaba huir de algo, se levantó del sofá y se dirigió a la cosina.

—¿No quieres ir a un restaurant? —se levantó y se quedó en la puerta de la cocina.

—No me agrada la idea de tener que pagar demasiado por una porción miniatura. —se dirigió a la habitación por su celular el cual estaba cargandose— ¿Me llevas a comprar unas cosas para la comida? Porfavor.

—Si, vamos.

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Y ahí estaban en una tienda de comestibles,
Itachi iba empujando el carrito de las compras y Naruto iba seleccionando los comestibles, algunas cosas para el hogar y otras cosas de más.

—¿Y si compramos algunos dulces?. —cuestionó Itachi, estaba frente al estante de los dulces pero lo que más le había llamado la atención era que ahí vendían dangos, esas deliciosas bolitas que le hacían olvidar en mal rato. Naruto se acercó a él y lo miró.

—Llevemos dos paquetes. —le sonrió, Itachi pensó que lo decía en broma así que optó por marcharse— ¿Encerio no los vas a llevar?. —preguntó Naruto incredo pues si bien sabe, Itachi es un amante del dulce, se podría decir que él y su hermano son todo lo contrario.

Por otro lado, Itachi, al ver la propuesta de Naruto, y como niño chiquito, se acercó al estante y tomó cuatro cajas de dangos, volteó para con Naruto.

—¿Encerio si puedo?. —preguntó mientras abrazaba los paquetes y miraba fijamente a Naruto.

—Por supuesto, de igual manera... También llevaré unas cosas que llamaron mi atención. —informó y siguió buscando en la tienda de comestibles. «Parece que ya no hay más cosas buenas» pensó mientras miraba las sopas instantáneas.

Al terminar, ambos se fueron a caja para pagar todo, y por insistencia de Naruto ambos pagaron la mitad del monto total.

—Suo marito è molto carino [su esposo es muy lindo]. —le dijo la cajera a Itachi, éste miró a Naruto y él solo sonrió.

—¿Ah? scusa, ma lui non… [¿Ah? disculpe, pero él no…] —intentó aclarar lo antes dicho por aquella mujer pero..

—Che gentile, grazie.[Que amable, gracias] —respondió Naruto, la chica lo miró y le volvió a sonreír.

—È un piacere, ho un bel pomeriggio.[Es un placer, que tenga linda tarde] —les entregó el ticket de compras y siguió atendiendo a la familia que estaba formada detrás de ellos dos.

Itachi estaba nervioso, y como no estarlo, él estaba a punto de negar algo para evitar confundir a alguien, y más a Naruto, para que Naruto no se sintiera incomodo pero al contrario, Naruto lo había afirmado o algo así.

—Na-Naruto… —habló nervioso, después de todo ya no sabía cómo hablar con él. Continuaron caminando hasta llegar al auto de Itachi y éste comenzó a guardar el mandado en la cajuela del carro, una persona llegó para llevarse el carrito de compras y Naruto le dió propina. Luego ambos se subieron al carro y se pusieron el cinturón de seguridad.

—¿Querías desirme algo?. —cuestionó Naruto, pues más o menos sabía a dónde iría la plática.

—¿Eh?, No perdón, lo olvidé. —contestó nervioso, ya no estaba seguro de que era lo que quería. Encendió el auto y condujo hasta su casa.

Ambos bajaron del auto, Naruto fue por las bolsas del mandado e Itachi le ayudó a cargar las más pesadas.

—Carne molida, vegetales, frutas —susurraba Naruto—, harina, leche...

—¿Qué haces?. —cuestionó Itachi, pues había estado mirando a Naruto y era la quinta vez revisaba el ticket de compras, y casi sin darse cuenta, Naruto ya había guardado todos los comestibles en el refrigerador.

—¿Quieres to-?... —hizo una larga pausa, de inmediato un vago recuerdo llegó a su mente «"¿Quieres tomates en lo que hago la cena, Sasuke?"». Si, tan acostumbrado estaba con Sasuke, que casi lo llama por su nombre— ¿Quieres tomar algo?.

—Tomate... —respondió Itachi.

—¿Qué? —tartanudeó ¿encerio había pedido tomate?

—Dije que tomaré té ¿No quieres?. —mencionó de nuevo, se fue a la cosina y puso a calentar el agua para el té.

—Ah, sí... ¿Quieres comer algo en especial o...? —preguntó nervioso.

—Lo que prepares está bien —le dió una gentil sonrisa y siguió con lo suyo.

мιenтraѕ тanтo﹏✍

—Entonces me dirigí a donde suponía que estaría arreglándose pero cuando llegué él no estaba. —contaba Sasuke. El policía le puso toda su atención mientras analizaba lo contado.

—Bien, escuchen... por el momento no puedo hacer nada, no han pasado las veinticuatro horas para reportarlo como desaparecido y —fue interrumpido por Kushina.

—¿¡Acaso no está escuchando!? —se le acercó al policía— ¡Mi hijo está desaparecido! ¡Podría estar sufriendo, lo pudieron aver secuestrado! —agarró al policía del cuello de la camisa— ¡Mi hijo puede estar en peligro! —comenzó a llorar y soltó al policía, se acercó a Minato y lo abrazó.

—Mire, si ese fuera el caso, ya habrían resivido una llamada de los secuestradores…  —respondió el policía mientras se acomodaba la camisa— y porfavor, la próxima vez que golpeé a un policía, con todo respeto señor Uchiha, pero tendré que llevarlo a la estación de policía. Entiendo que todos estén alterados pero a golpes no resolvemos ni llegamos a nada.

—Mi yerno está desaparecido… —contestó Fugaku— y usted me dice que ¿¡No hay nada que se pueda hacer por el momento!?.

—Cariño, tranquilizate. —intervino Mikoto abrazándolo.

—Entiendo… —susurró Sasuke— pero porfavor encuentra a Naruto. Te lo pido como amigo, Shikamaru.

—Nunca fuimos amigos —replicó en tono distante— lo que seas de Naruto no tiene que ver conmigo. No mezcles lo personal con lo profesional.

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—Entonces… —retomó la conversación— ¿también haces donaciones a los orfanatos?. —cuestionó Naruto.

—¿Recuerdas las desapariciones de niños hace dos años? Que hubo un tiempo en el que se detuvieron las desapariciones… —argumentó Itachi— bueno, los supuestos "supervisores" de varios orfanatos resultaron ser trabajadores para el mercado negro. —informó— no sólo hago donaciones, me encargo de que encada orfanato hayan cuatro militares en cubiertos, y dos rastreadores, para asegurar que los niños vayan a buenas familias dispuestos a cuidar de ellos.

—Eso es increíble… quiero decir, es bueno saber que hay personas como tú que aún se preocupan por ellos —sonrió de lado— me agrada la gente como tú.

꧁_•𝑇𝑢 𝐵𝑒𝑙𝑙𝑎 ☪ 𝑀𝑒𝑛𝑡𝑖𝑟𝑎•_꧂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora