Soberbia

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Estos pantalones le quedan mucho mejor a ella, por mucho que me dijese lo contrario. De echo, creo que cualquier cosa le quedaría mejor a ella, da igual cual sea la persona con la que la comparemos. La pelirroja me miraba desde la cama, observaba mi recorrido, desde el baño hasta el espejo del cuarto, una vez tras otra, probándome todo el armario, era de esos días en los que te ves mal con todo. Noté como quiso decirme algún que otro cumplido, pero lo justo y necesario para que yo no pensase que de verdad lo creía, como si no quisiera dañar su ego al decirme algo bonito. De nuevo aquella estúpida lucha de orgullo. 

- Carol, vas a llegar tarde, y no puedes joder tu primer trabajo tan rápido.

- Si, ya lo sé, pero es que me estoy agobiando, nada me gusta, nada me queda bien. - la pelirroja de incorporó un poco para responder.

- Eso no es verdad.

- Si lo es.

- No, todas y cada una de las cosas que te has probado te quedaban bien. No hagas más drama, sabes que es cierto.

- Para ti es muy fácil, todo te queda bien, no sabes lo que es verte así al espejo, tan desagradable a la vista. - me senté en el borde de la cama y tapé mi cara con mis manos.

- Créeme que si lo se.

- ¿Cómo vas a saberlo? ¿Te has visto?

- ¿Cómo que si me he visto? ¿Qué quieres decir exactamente?

- Nada, iba a decir algo, pero mejor me lo callo.

- Ahh, entendí, que es de esas cosas que prefieres decirle a Sally, ¿no? - dijo, sabiendo perfectamente el tipo de cosas que quería decirle.

- Bueno, a lo mejor Sally lo valoraría más, sin orgullo de por medio. - la pelirroja se colocó detrás mía apoyando sus manos en mis hombros.

- Entonces, ¿por qué no has ido a decírselas ya? - dijo tan cerca de mi oído que me recorrió un escalofrío.

- ¿Me echarías si lo hiciera?

- Probablemente

- Pues ahí tienes mi respuesta.

- Ajá, como que es eso y no que no quieres herir tu orgullo.

- Eres muy soberbia, ¿te lo había dicho alguna vez? - contraataqué levantándome de la cama y dejándola caer.

- ¿ A dónde vas? 

- A ver a la otra. ¿Tu que crees? Me estas ayudando a vestirme para la cena de trabajo.

- ¿Y te vas a ir así? - dijo levantándose de la cama.

- ¿Así como? ¿No era que me quedaba bien?

- Te queda bien, no hablo de eso. - se acercó a mi. 

- ¿Y de que hablas? Cada día te pillo menos.

- No, nada, vete. - puso un dedo bajo mi barbilla para que le prestara más atención. - Pero me voy a empezar a cansar de esperar que admitas lo evidente. - deslizó el dedo,  dejándome ir. - Ahora vete.

Cogí mi bolso, mi abrigo y las llaves y me acerqué a la puerta. La abrí y justo antes de cerrar la puerta decidí contestarle.

- Y yo me voy a cansar de que esperes algo tan sumiso de mí. Tu quieres exactamente lo mismo que yo, a ver quien toma antes la iniciativa Venable. - cerré la puerta y me fui. 

Salí del edificio para encontrarme con un Rolls-Royce negro aparcado en la puerta, el cual, segundos después tocó el claxon, por lo que supe que era mi llamada. Me acerqué a este y subí en el asiento del copiloto.

- Hola. - dijo acercándose a mi para darme dos besos. 

- Hola jefa. - dije correspondiendo el saludo.

- Anda, llámame Geillis. - empezó a conducir.

- Si me repites como lo pronuncias mejor. - reí.

- "Guilis". - dijo, yo la repetí avergonzada. - No te preocupes, mucha gente lo pronuncia tal cual se escribe, al menos tu te molestaste en preguntar. - rio.

Unos minutos después aparcamos en la puerta de un restaurante desconocido para mi, pero que lucía lujoso, y me daba miedo no poder pagarlo. Y efectivamente, una vez revisamos la carta caí en que no podría consumir ni un trozo de pan en aquel sitio. Al parecer ella lo notó y me despreocupó diciéndome que ella invitaba. Aproximadamente media hora después llegó nuestra comida y charlamos todo el rato que duró, como si nos conociéramos de toda la vida.

- Y bueno, ¿tienes pareja, hijos o algo?

- Para nada, tengo veintiún años, y lo que no tengo ni de lejos es instinto maternal ni nadie que guste de mí - reí. - ¿Y tu?

- Bueno, yo soy viuda, pero me volví a casar hace unos diez años. Y tengo dos hijas. 

- Vaya, no pensé que fueras tan mayor.

- ¿Estás llamando vieja a tu jefa?

- ¿Eh? No, mierda, no quería decir eso. - Geillis estalló en carajadas

- Te estoy vacilando. Tengo cincuenta y siete años, voy para vieja si.

- No aparentas. - respondí intentando arreglar la situación.

- Se me va notando la edad. Por cierto, ¿Qué vives sola?

- Oh, no, vivo con una ¿amiga?

- ¿Amiga?

- Si, no se muy bien lo que somos. Hay algo de tensión.

- ¿Cómo que tensión? ¿Sexual?

- Podría decir que sí, pero ninguna quiere admitir nada.

- Mira, te ayudaría, pero no me siento muy cómoda hablando del tema, no me parece bien.

- ¿El que? - tomé un sorbo de mi copa de vino.

- Que sea amiga y no amigo.

- Ah.

Desde ese momento, aquel sentimiento de cercanía se desvaneció. Al menos había sido "respetuosa" pero ahora sentía toda la situación incómoda, aunque para ella no pareció ser así.

Finalmente pagamos la cuenta, o más bien pagó, y pusimos rumbo a mi casa. Ella volvió a aparcar en la puerta y cuando me acerqué a despedirla con dos besos esta se alejó, justificándolo con que ahora no se sentía muy cómoda con eso. Yo decidí aceptar esa respuesta, desearle buenas noches y salir del coche. Al fin y al cabo era mi jefa, y no estábamos para ser amigas, sino para dar y recibir órdenes, y yo aprendí que, con ella, no podría salir de ese papel ni fuera de la oficina.

Vi como su coche se alejaba y entonces entré al bloque de apartamentos. Una vez que entré en el ática, dejé las llaves y fui al baño que estaba fuera de la habitación de la pelirroja para no despertarla. Encendí la luz y vi una nota en el espejo. "Hoy puedes dormir conmigo, en mi cama, vas a agarrar dolor de espalda." Le di la vuelta a este. "Pero solo si me acaricias la cabeza como esta tarde, sino vete a dormir al sofá."

No pude evitar reír. No me parecía mal trato, así que me quité la ropa y me puse el camisón. Entré al cuarto y a continuación en la cama. Mi cuerpo y mi mente reaccionaron al ver que ella solo llevaba un batín y la ropa interior. 

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Bitch, hasta yo necesito que estas dos se líen asdhsasjd, me pensaré si dejaros esperando un poquito o muchito mas JASHDSJAD

Anygays, creo que si le voy a pasar la historia a mi profe porque la estoy escribiendo a mano y me gusta, saltaré los capítulos de smut pero me gustaría que me diera su opinión. Aunque casi que me hace más ilusión que lea lágrimas color lavanda porque siento que está más bonito escrito, pero no quiero que malinterprete la situación AJSHDS

En fin, se os ama, iba a actualizar ayer, pero no sabía que título ponerle xd

Buenas noches 

CarolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora