Capítulo 04

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Antes de abrir la puerta la verdad es que Masaki esperaba encontrarse con una dimensión alterna, pese a que Mana le había dado un anticipo de lo que se avecinaba para ambos, sintió una especie de desilusión que se aunaba con el embebecimiento al asimilar que terminaron en la que parecía ser exactamente la misma zona del bosque con la leve diferencia de que la luna llena y la penumbra reinaban por sus lares.

— ¿Por qué es de noche?

— Te dije que a través de esta puerta podría ser de día, tarde o noche —dijo con cierto tono de reproche. El recuerdo de su madre asaltó la mente de Haruna, la mujer solía dirigirse a él de la misma forma cuando preguntaba sobre algo que ella ya había explicado con anticipación. Su estado de salud lo sofocaba, si, había quedado bajo los cuidados de una confiable y amable vecina, pero necesitaba curarla, y si el atajo por el que Mana lo estaba llevando era el más corto ¿Cuánto habría tardado de solo seguir el verdadero camino?

— Perdón —murmuró temiendo haber fastidiado a Mana.

— No tienes que pedirme perdón, no pasa nada —dijo mientras sus ojos examinaban unas casitas abandonadas a la distancia —. Ven, necesitas descansar —lo tomó de su antebrazo para llevarlo a estas.

— ¿No crees que sería una mala idea el ir a dormir? Puede ser una pérdida de tiempo.

— Ah, eso, no hay nada que temer. Una noche en esta zona es el equivalente a diez minutos en el pueblo. Necesitas descansar, te va a hacer muy bien, además, si no es del todo seguro recorrer el bosque de día, no te imaginas lo horroroso que se torna de noche, es crucial el buscar un refugio temporal.

— Hablas como si no tuvieras miedo.

— Claro que puedo tener miedo, después de todo, soy un ser sintiente, pero no dejo que me domine. Ellos son los que me temen a mí mucho más de lo que yo puedo temerles.

— ¿Y estas casas?

— Abandonadas, de seguro alguna criatura o asesinó a sus habitantes o bien, estos se vieron en la obligación de huir sin llevarse absolutamente nada —abrió la puerta principal de una de ellas, la decoración se mantenía intacta y el polvo ya había reclamado la residencia como su propiedad.

— Este lugar es deprimente —comentó avanzando por el pasillo mientras contemplaba otras habitaciones de reojo.

— Eso lo sé muy bien. En fin... ¿quieres comer algo? Puedo hacer aparecer comida y básicamente lo que quieras con mi magia, como ropa, si así lo deseas. Solo cosas simple, valga la redundancia.

— ¿Puedes hacer aparecer pudin?

— ¿Te gusta el dulce, Masaki?

— Me fascina.

Con un movimiento de manos Mana hizo aparecer un enorme plato de pudin de caramelo, crema y una cereza sobre esta con una cuchara que entregó a su acompañante.

— ¡Gracias! —lo llevó a la mesa para comer —. ¿Tú vas a querer algo? —preguntó antes de empezar, que poco considerado de su parte.

— No, estoy bien —tomó asiento frente al pelinegro para no dejarlo solo.

— Está delicioso —comentó extasiado por el sabor el postre.

— Mi magia es la mejor cuando se trata de hacer aparecer diversos platillos —dijo Mana orgulloso de sus habilidades. Era buen cocinero, pero debido al estado de la casa le era imposible el preparar algo por su propia cuenta. 

— ¿Puedes usarla para hacer aparecer otras cosas?

— Eh... si, imagino que a la mañana siguiente sentirás deseo de asearte. Por aquí cerca hay un estanque, puedo hacer aparecer jabón, ropa, lo que sea.

Witches' Lamentation (MALICE MIZER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora