Capítulo 06

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— ¿Dices que nos acercamos a la joya? —preguntó Masaki después de estar un tiempo desmedido siguiendo las indicaciones de Mana casi sintiendo que recorrían el bosque en círculos.

— Sí, tengo entendido que es por aquí pese a que nunca me he adentrado a esta zona lo suficiente. Se localiza en una estatua arcaica, así que si ves una, me avisas. O bueno, eso es lo que dice la leyenda —explicaba apartando unas ramas de su rostro.

— ¿No sientes que ya llevamos mucho tiempo aquí? ¡Parece que estamos caminando en círculos!

— Claro que no. ¿Por qué lo piensas?

— Ya hemos visto todos estos árboles.

— Y es que son todos iguales, Masaki. No te preocupes, pronto encontraremos algo. De momento solo vemos árboles y más árboles, pero calma, tarde o temprano deberíamos de aparecer la estatua.

— ¿Y si no existe? ¿Y si solo forma parte de la leyenda?

— Si existe, soy un brujo y tienes mi palabra.

Guardó silencio mientras pensaba en lo apacible que era Mana. Si, en cuanto a sus expresiones faciales parecía ser un individuo indiferente que ocultaba un gran sentido de la misantropía, pero rara vez se enfadaba o demostraba molestarse ante su presencia. Haruna reconocía que podía ser muy curioso respecto a la travesía por la que atravesaban y le sorprendía que en ningún momento el brujo le haya alzado la voz debido a su insistencia.

Mientras seguía a Mana sus ojos merodeaban por cada rincón del bosque. Dejó de lado sus ideas respecto al haberse perdido o seguir un camino sin rumbo real aunque la monotonía ya generara estragos en su mente. Entonces, entre los árboles, la presencia de una difusa figura oscura lo detuvo. La contempló por unos segundos, no tenía un rostro, pero la posición en la que se encontraba le indicaba que estaba siendo observado. No deseaba acercarse, solo se sentía aterrado e incapaz de comunicarle a Mana sobre su hallazgo. 

— ¿Por qué te detuviste? —cuestionó el brujo, esta vez, con una leve cucharadita de la poción de la molestia haciendo efecto en su voz.

— Vi a una sombra tras los arboles —respondió sin contenerse. Mana era un brujo, debía de creer en la existencia de los seres que Haruna afirmaba ver.

— ¿Dónde?

— ¡Allí! —apuntó el lugar en cuestión.

Mana dirigió sus ojos al producto del espanto de Masaki sin encontrar nada.

— Tal vez solo te confundiste.

— ¿No me crees?

— No dudo en la existencia de espíritus, sin embargo puede que te hayas confundido con alguna sombra.

— Ah, entiendo —murmuró decepcionando. Podría estar alucinando debido al tiempo que había pasado en el bosque, cosa que acabó por consumirlo y haciéndolo imaginar entidades que nunca estuvieron allí.

Caminaron otro poco con Mana atento al eterno camino que se avecinaba y Masaki trazando mil y un figuras carentes de proporción en medio de las profundidades del bosque. Las imaginaba, de seguro, solo eran una farsa, una mala jugada que su mente le inducia. Necesitaba salir de los dominios, pero no podía, no sin el cristal. ¿Por qué debía de ser tan difícil? ¿Por qué era un camino tan largo? Si Chihori lo sabía lo mejor hubiese sido que ella fuera en la búsqueda del dichoso objeto y no Haruna, un simple humano inexperto cuando se trataba de enfrentar a criaturas malignas.

En medio de su delirio tropezó. Mana, preguntándose qué tanto perturbaba a su amigo tomó su cálida mano para levantarlo. Comenzaba a creer que tal vez esa sombra no era parte de las andanzas de Masaki. Le ofreció caminar juntos entrelazando sus manos para darle estabilidad, Haruna aceptó sintiéndose perdido. 

Witches' Lamentation (MALICE MIZER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora