Endgame Phill×Yahwi

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El escaso contacto físico que mantenían era suficiente para subir la tensión entre ambos, sus cuerpos cálidos uno sobre otro, sus miradas fijas, aquello se había vuelto una competencia por quien daba aquel primer paso. Claramente ambos querían, se morían por besar al otro pero sus miradas retadoras hacían aquello más divertido para los dos, provocarse el uno al otro, tentando y haciendo que sus cuerpos poco a poco cayeran en el deseo. Sus labios se encontraban a escasos centímetros de distancia, podían sentir sus respiraciones chocar entre si, las manos del pelinegro se escabulleron bajo la pijama de Phill mientras avanzaba y retrocedía para desesperarlo.

-Carajo, ya bésame.- El rubio tomó del cuello de Yahwi para poder atraerlo y por fin juntar sus labios en un cálido beso, un beso que ambos necesitaban.

Los dedos de Phill se entrelazaron en el cabello azabache del más alto, jalando un poco mientras tomaba el control por completo de aquel beso e introducía su lengua en la cavidad bucal ajena. Sus labios se encontraban desesperados por poder tener más del otro, podía escucharse claramente como uno intentaba succionar al otro, la humedad y los chasquidos que se provocaban con cada segundo que se prolongaba aquel feroz beso.

La ropa de ambos fue desapareciendo poco a poco, sus manos pasándose por el cuerpo del otro con desesperación, sus labios uniéndose una y otra vez sin poder parar. Habían pasado solo una noche juntos hasta ese punto, pero el tiempo que se separaron había sido suficiente para que el deseo se fuese acumulando. Los labios del pelinegro por fin abandonaron los labios de Phill para dirigirse al resto de su cuerpo, besó e hizo succión en su cuello, clavícula, pecho y prestó particular atención a sus pezones, viendo como el cuerpo ajeno se retorcía de placer bajo él.

-Me estas volviendo loco. -El rubio mordió sus propios labios viendo como su entrepierna recibía toda la atención de Yahwi, las lamidas y besos lo hacían contener su respiración mientras apretaba los dedos de sus pies ante el placer.

Las manos del más alto se pasaron por las caderas ajenas levantando aquel cuerpo que tenía su total prioridad, su lengua explorado cada rincón de sus genitales hasta que por fin llegó a donde quería, se encargó de mojar bien aquella entrada antes de unir a sus movimientos uno de sus dedos, antes que otra cosa en aquellos momentos lo que más deseaba era escuchar los gemidos del rubio, quería llenarlo de placer y verlo rogar cada vez por más.

-Mierda, me voy a correr. -Cada estocada de los dedos del pelinegro lo hacían contraer su interior, se sentía en el cielo con cada arremetida, con cada flexión que tocaba su próstata, estaba al borde el orgasmo, pero necesitaba más, no importaba cuanto apretase contra aquellos dedos, no era suficiente aún. -Mete uno más, por favor.

Pudo ver al pelinegro negar mientras le mostraba una sonrisa, era más que claro que lo estaba tentando solamente y lo hacía perder su cordura con el placer. De ponto sintió un vacío, hubo una queja de por medio pero después un líquido resbaló por entre sus piernas, solo podía ver como Yahwi se encontraba con aquel bote de lubricante en sus manos y un preservativo listo.

-¿Quieres que la meta?

-¡Si! Hazlo.

Las piernas del rubio se abrieron por completo para Yahwi, todo se encontraba húmedo y podía sentir la punta del pene ajeno rozar contra su agujero, estaba listo para tomarlo completo.

-Vamos, hazlo.

-¿Hacer qué cosa?

-No juegues, Yahwi. -Miró molesto al pelinegro mientras este fingía no saber de qué hablaba. -Mierda, solo metemela.

Un fuerte gemido salió de entre los labios del rubio, pudo sentir como la extensión entera se abrió paso dentro de él, se sentía lleno por completo. Cada embestida le robaba un gemido, estaba al borde del orgasmo a pocos segundos de haber iniciado pero hacía todo lo posible para alargar el momento.
El interior del rubio se contraía con cada estocada, provocando una deliciosa sensación a Yahwi e invitándolo a que siguiera empujando contra el trasero de Phill.