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1. Primer día de clases o bienvenida a la tortura.

Primer día de clases después de las vacaciones de invierno, me desperté temprano para poder hacer una entrada triunfal en la que todos mis compañeros me vieran y dijeran «wow».

Eso claro no pasó, la realidad fue que mis hermanas y mi madre despertaron tan tarde que no me dio tiempo de almorzar, la falda de mi uniforme terminó luciendo tal papel arrugado y pisoteado, porque olvidé alisarla la noche anterior. Y claro, los mechones azabaches de mi cabello se volvieron una copia de Hermione en la primera película de Harry Potter. A todo esto agreguemosle que Karina (mi hermana menor) olvidó la mochila en casa y tuve que volver por ella en tiempo récord.

Definitivamente todo comenzó como un desastre.

—Nos vemos— me despedí de mi madre. Yeji, caminó rumbo a su edificio y yo me prepare mentalmente para entrar al mío.

Yeji es un año menor que yo, y ciertamente todo lo contrario a mi. Tardó cinco minutos en alistarse y salió viéndose naturalmente bella, mientras que yo... Bueno quizá me veía decente pero mi mente no lo aceptaba.

A pasos rápidos entre en el edificio B, los pasillos estaban vacíos dado que las clases ya habían comenzado.

Solo esperaba que la mía aún no lo hiciera.

El aula de mi grupo siempre quedaba en un lugar alejado, así que al fondo del pasillo pude ver algunos rostros que me resultaron familiares y supe que el profesor aún no había llegado.

«Bien, no todo estaba perdido», pensé.

Tenía el extraño pensamiento de que siempre todas las miradas estaban en mi. Pero no de una buena manera, más bien como si fueran dagas u ojos robóticos que escanean mis defectos. Así que mientras entraba al salón mi corazón latía con fuerza, con miedo de que todos se dieran cuenta de que mi uniforme estaba hecho un desastre al igual que mi cabello, y que por la noche me había salido un enorme grano que fue imposible de eliminar.

—Jennie, mi linda Jennie— antes de adentrarme en la masa de estudiantes unos brazos me rodearon con cariño.

Park Sooyoung, mi mejor amiga y también una de las personas más alocadas que he conocido, me sonrió con sus dientes blancos y perfectos. Es todo un tornado de emociones color rosa. Apostaba mi pierna derecha a que nadie tenía más ropa de ese color que ella.

—Hola, Joy— salude sonriendo. Ambas emprendimos marcha hacia nuestros asientos predilectos—, ¿que tal tus vacaciones?

—Te hubieras enterado si no hubieses estado tan ocupada que ni un mensaje me enviaste— reprochó—, ¿dónde te metiste?

—Bueno, disfrute de mis vacaciones— dije.

—Eso lo entiendo, pero es de mala educación ignorar a tu mejor amiga por casi dos meses.

Se colocó en la butaca que quedaba a mi lado. Justo como siempre lo hacía, y cuando estábamos sentadas una cabellera negra azabache llamó la atención de algunos presentes.

—¿Qué mierda les costaba darnos otro mes de vacaciones?— refunfuñó.

Joohyun, con sus cejas finas y oscuras que la hacían parecer enojada siempre, se acercó hacia nosotras.

—Regreso a clases y un demonio. Juro que si Heechul vuelve a decirme una vez más que mi falda está demasiado corta lo mandaré a la mierda—arrojó su mochila con fuerza al asiento que quedaba detrás de mí.

La mayoría del tiempo Joohyun tenía un genio equivalente a una turba hambrienta de canes.

—Hola para ti también. Me encanta verte después de tanto tiempo de no hacerlo—conteste sarcástica.

In the songs | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora