7

115 15 7
                                    

7. Bipolar

Y ahí estaba, encima de una mesa con el abdomen descubierto y las mejillas coloradas por el alcohol. Ahí estaba, dispuesta a cumplir con mi parte de la apuesta.

—¡Hazlo ya que comienzo a sentir frío!— me quejé observando al chico que preparaba la bebida.

No entendía en que consistía el juego, pero ahora teníamos a algunos chicos alrededor de nosotros, de espectadores.

Había conseguido huir de Jisoo, gracias a que Jieun la detuvo para que no me siguiera. Una sola mirada de ella y bastó para que la castaña se contuviera y permaneciera a su lado.

—¿Estás lista?— preguntó poniendo en alto la botella de tequila junto a la pequeña rodaja de limón. Otro chico a su lado levantó un salero.

«¿Por qué se llama el beso del tequila y no cóctel humano?».

Mi pecho subía y bajaba con cada respiración lenta que daba, y tenía una extraña sensación en la boca del estómago.

—Tranquila, aún ni siquiera te beso y ya has dejado de respirar.

—Cierra la boca, idiota, y hazlo ya.

Lo único que quería era acabar con todo cuanto antes, porque tenía la ligera sospecha de que si la castaña entrara por la puerta, no le gustaría mucho la imagen frente a ella.

—Me gusta tomarme mi tiempo.

—¿Te va a seguir gustando después de que te rompa la nariz?— Hablé molesta.

La barra de la cocina donde antes había cientos de botellas, ahora era una camilla de hospital en la que yo estaba acostada.

La piel de mi abdomen comenzó a sentirse fría cuando el chico vació el contenido de la botella en mi estómago. El olor del tequila era imposible de ignorar, era tan fuerte que no tardó en impregnarme las fosas nasales con rudeza.

El ayudante del chico colocó un poco de sal sobre mi cuello y luego antes de poner la rodaja de limón en su lugar, Team James Potter lo interrumpió.

—¿Estás lista?

—Hazlo de una buena vez, sé perder con dignidad.

—Falta una última cosa— habló.

Cuánto más nos acercábamos a terminar el maldito juego, más excusas ponía.

—¿Qué cosa?

—Esto— uno de los chicos le pasó una corbata que sabrá Dios de donde sacaron.

—¿Quién te crees?— lo señale intentando no moverme mucho—, ¿Christian Grey? Déjate de mama...

—Deja de quejarte, será rápido.

Odiaba perder y si no cumplía con el juego, quedaría como cobarde. Podría ser una perdedora, pero una perdedora cobarde, jamás.

—Bien— acepté a las malas.

El chico del cual aún desconocía su nombre dio una señal y en menos de cinco segundos ya habían vendado mis ojos y también colocado la rodaja de limón en mis labios.

Cerré los ojos con fuerza, contando los segundos, pidiendo en silencio que el juego acabara rápido. Escuchaba las voces de algunos chicos y chicas, algunos susurraban o vitoreaban como solo los ebrios podían hacerlo.

Pero de pronto, los ruidos pasaron a ser murmullos que me pusieron los nervios de punta. Escuché levemente una discusión pero no hice nada por moverme.

Después de unos segundos sentí el alcohol correr de nuevo por mi abdomen, pero está vez, el líquido fue acompañado por la sensación de unos labios suaves que succionaron mi piel con delicadeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 28, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

In the songs | JensooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora