Satánica (Ghostface)

Capitulo 4

Los chicos se quedaron en silencio mirando a Khalida, como podía saber quienes eran, Athan volvió a correr hacia ella, esta vez decidido, esta soltó a Bastian, se centro den el chico de metro ochenta que tenia delante.

-¿Vas a hacerle daño a una chica inocente?- fingió inocencia, puso una carita tierna y suavizó su voz- Quiero ver como lo intentas.- cambio el tono a uno mas duro, mirando con desprecio al sujeto.

-Antes no estaba motivado.- se preparo para pelear contra ella.

-Bien, pero sois dos contra una, no es injusto.- hablo y movió su mano hacia Bastian- Quietam ibi- este no podía moverse.- Ahora es entre Athan y yo, vamos pequeño, enséñame lo que tienes.- comentó poniéndose frente a el esperando a que atacase.

-No pego a mujeres- dijo, Khalida le miró a los ojos, seguido le dio un puñetazo tirando-le al suelo.- Auch, eso ha dolido muñeca.- comentó tomando su rostro.

-No pegaras a las mujeres, pero si las asesinas.- puso un pie sobre su pecho.-¿ Sabes cual es la diferencia entre vosotros y yo?- miro al chico en el suelo.

-¿Que tu solo asesinas hombres?- comentó Bastian mirándonos.

-No, vosotros- hizo presión en el pecho de Athan- matáis por diversión, sadismo y tal vez morbo, en cambio yo, lo hago por un bien mayor.- ambos rieron.

-Tu...un bien mayor.- Athan aparto la pierna de la chica, rápidamente la agarro del torso y la tiro al suelo, dejando todo su peso sobre ella.

-Athan, haces el ridículo- esta tomo los hombros del contrario, levanto el cuerpo del chico y con la rodilla le dio en la zona cero.

El chico cayó hacia la derecha de ella, retorciéndose de dolor, maldiciendo a la chica que estaba levantándose del suelo, limpiándose la ropa.

-Uy, perdón ¿te ha dolido?- esta sonrió mirándole.- Bien ahora tu Bastian. ¿Que hago contigo? -Se acercó a éste.

-Deshaz el hechizo, soy mas fuerte que él.- Khalida sonrió y le libero, este corrió hacia a ella, pero la chica se volvió humo apareciendo detrás de el.-Haces trampa, pequeña.- comento girando sobre si mismo.

-Dijo el mango al cazo.- comento ella esquivando los golpes de Bastian.- Al menos yo mató a mi víctima sin ayuda.

-Creo que usar magia- Athan agarró a la chica por los brazos.- Es trampa.-sonrió.- Bien, khalida. No tienes escapatoria.- el rubio tomo fuerte los brazos de esta para que no pudiera zafarse.

-No te tengo miedo, crees que tu juego del asesino del teléfono me asusta, por favor, ni siquiera tu eres el asesino original.- esta miro sonriendo a Bastian quien le dio un puñetazo en la cara a la chica.

-Tal vez no seamos el original, pero al menos yo soy su sucesor.- tomo el rostro de la chica.

-Que tierno, el hijo queriendo seguir las huellas del padre que le abandono, acabaras pidiendo clemencia y misericordia arrodillado ante mi.- esta le escupió en la cara.

Athan puso la rodilla en la espalda de la chica, comenzando a girar los brazos en sentido contrario, este sonreía, al igual que su compañero, la chica no hacia ni un solo gesto, solo miro seria al suelo y cerro los ojos,  cuando el rubio hizo el ultimo tirón, se escucho un fuerte crack, no solo había roto los tendones de la chica, parte del acromion se había partido, estos la tiraron al suelo, pasarían horas hasta que el hueso y los tendones se recuperasen, los chicos se marcharon dejándola sola en mitad del bosque. Cuando estuvo sola en compañía de los animales del bosque con ayuda de las piernas se dio la vuelta mirando al cielo, la luna tenia su color blanco grisáceo de siempre, suspiro, se incorporo como pudo, mirando a un búho que había en un abeto, este también la miraba a ella.

-¿cuanto tiempo seguiré con esto?- se pregunto a mi misma, paso una hora y ya podía volver a mover los brazos, se incorporo y se levanto.- Bien,hora de mudarse, otra vez.- sacudió las hojas de su vestido y camino a su casa.

Al llegar a su casa la puerta esta estaba abierta, claramente sabia que había pasado, se quejo notoriamente,  subió a su habitación y recogió a ropa que tenia, tiro el teléfono al suelo rompiéndolo, guardo la ropa en una pequeña maleta, salio de su cuarto y camino hacia la entrada, lanzo una ultima mirada, salio  del lugar, cerro la puerta, movió la mano y esta empezó a arder.

-Adiós. Casa y personas las cuales nunca me importaron o no les importe.- empezó a caminar hacia el horizonte.- Donde he de ir ahora, señor.- un mapa cayo delante de ella donde estaba señalado.- Bien, Los Ángeles allí voy.