El vino blanco quedó a medio camino hacia su estómago, en su garganta, al escuchar por parte de la recepcionista que un chico por nombre Metawin Opas-Iamkajorn lo estaba buscando.
El hermano de su ex novia lo estaba buscando.
Y le sorprendió aún más...
Sus uñas empezaron a ser atacadas por sus dientes, una ansiedad que no estaba presente al momento de quedarse dormido lo había atacado al abrir sus ojos, y según la pantalla táctil que poseía el asiento de adelante, aun faltaba más de media hora para aterrizar en Bangkok.
Aquellos minutos le pareció eternos, hasta el momento en el que el piloto anunciaba su aterrizaje en breves minutos.
Desactivó el modo avión de su teléfono.
Y mientras el avión descendía, pudo sentir la vibración del aparato, estaba nervioso.
Mientras los demás pasajeros descendían, él se apresuró en leer los mensajes.
Win había entrado en labor de parto.
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— ¡Mick, conduce más rápido!
— ¡La policía, papá!
— ¡Al demonio la policía, luego te pago la multa!
— ¡Nos podemos morir!
— ¡El que se muere soy yo, tu hermano me está reventando la mano!
— ¡Dejen de pelear! —Win gritó antes de soltar un jadeo del dolor. Aquello le había traído un recuerdo de cuando Dawn había nacido, solo que el que manejaba esa vez era su papá.
Y sus hermanas estaban con él, también.
— ¿Ya le avisaron a Bright? —cerró sus ojos, tratando de controlar la respiración.
— Sí, ya le mandé mensajes. No le llegaban, supongo aun estará en el vuelo. —Wanchai habló mientras veía a su hijo calmarse.
El silencio siguiente fue estresante.
El auto del patriarca de la familia Opas-Iamkajorn llegaba a toda velocidad al estacionamiento del gran hospital, derrapando en la puerta de "Emergencias".
Ni bien se detuvo, las puertas se abrieron: Mick intentando ayudar a Win a bajar del coche y su padre buscando alguna silla de ruedas y un doctor para que los ayude.
Después de todo, Daw se había adelantado un par de semanas a lo esperado.
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