Capítulo 3

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Al día siguiente , me levanto al primer sonido de mi alarma, es un día como cualquier otro , arreglé mi cama , ya que en la Mansión siempre lo hacía, apenas hay unas cuantas personas en la calle a esta hora de la mañana en la que el sol todavía no hace acto de presencia, todavía esta oscuro y el tráfico está tranquilo.

Me voy directo al baño, ni siquiera observó mi casa, es pulcra y minimalista, apenas está decorada con algunas obras que Tom hacía, como dije, el era el más querido apresar de ser gemelos, mi casa ni siquiera puedo llamarla hogar, es tan fría e impersonal, no me llama la atención a pesar de ser un niño.

Me ducho rápido con el agua lo más caliente posible, al salir coloco una toalla alrededor de mi cintura y camino hacia mi closet y seleccionó una de mis camisas favoritas. Me visto , y voy a la cocina a darle el beso de buenos días.

-Buenos días Robín - Sonrió mamá, mientras me servía mi café , con azúcar. -¿Qué opinas acerca de la magia de los Malfoy? -

-Pienso son asombrosos , Aunque la magia sólo les toque a ello . Espero que Draco haya terminado la jirafa de bloques que le pedí...- Reí.

-¿Y que pasaría si te digo que yo también poseo de magia?- Preguntó dirigiéndose a mi

-Pensaría lo mismo que de los Malfoy - Sonreí cabizbajo, ahora ya no soy de sonreír mucho; terminó mi último sorbo de café, lo pongo en el fregadero y lo empiezo a lavar.

-no Robín,eso yo lo hago , deja tu taza en el fregadero - Dijo mamá

-No mamá, necesitas ayuda . Necesitamos ayuda - Dije limpiando mis manos .

-Oh , por cierto Robín . Tus tías vendrán hoy -Sonrió mamá -Ve a cambiarte y a ponerte guapo—

—Mis tías?—Dije con repugnancia, ya que nun a había tenido una buena a conexión con ellas.

—Si,ellas saben que estás aquí— Dijo mientras ella seguía arreglando unas cosas.

—Mamá, sabes muy bien que yo no soy muy bienvenido con ellas—

—Ya verás que les agradará verte esta vez— Sonrió. —Ve cambiandote —

—Está bien—

●●●

—Hola Hermana— mis tías habían llegado una hora después de haberme cambiado.

Le doy un corto reconocimiento y asiento educado, salgo por la puerta de cristal que da al jardín para buscar mi tranquilidad, sabía que mis tías habían venido por mí, pero sabía que me pondrían en cara la muerte de... de Tom .

Miro la hora en el reloj, y veo que son las diez de la mañana, Mamá me pidió que me quedara con ella esta vez. La ví, y observó la lengua de serpiente de mis tías que están chismorreando, ellas se me quedan observando y pasan un segundo o dos donde todo queda en silencio, levanto mis cejas y todo se reanuda como magia y siguen a lo suyo.

—Sabías...Robín? que mascar esa porquería de dulces que siempre comes destruye los dientes, además contiene demasiada azúcar. Te harás diabetico — Luego de eso se queda callada con una sonrisa malvada ¡¡Ah no, tu no eras quien los comía , era mi bebé Tom!!. Perdón ,siempre los confundo . Pero recuerdo de que tu eres el inútil que lo mató, tu si comes dulces serás de esos niños ñoños que se ven tan estúpidos con dulces en la mano— No resistía, ella se reía a carcajadas

-¿Eh?- expresé, mientras ella entrecierra un poco los ojos, pero sonríe como si supiera algo que yo no.

-Pues,¿Que? ¿Ya no te acuerdas de tu hermanito que mataste?- Esta arregló sus pulseras de su mano derecha antes de decir esto. Yo por otro lado aunque lo hago en mi mente, tenía ganas de tirar todo e irme; pero en lugar de eso, me defendí con palabras.

—Mmmm... y tú, tía. No eres de las que dicen que un sueño reparador de doce horas es sagrado para ti, y terminan más ojerosas que los viejitos de la calle?—Al decir esto, mamá Rió  alegremente y su risa hizo eco en toda la sala; ya sabía que había metido la pata y mamá se quedó mirandome y me suplicó que vaya a mi habitación,era obvio que ella sabía que mis tías harían lo posible por hacerme sentir mal.

Al hacer esto me fuí a la habitación y decidí tomar uno de mis libros, no puedo decir cuanto tardó la platica entre las visitas; Mamá subió y me muestra lo que va a ser mi habitación, con una cama individual en la pared izquierda, un pequeño escritorio a la derecha y una silla en este, hay una ventana alta casi llegando al techo y hasta mis rodillas, un banco junto a la ventana con cojines.

«Creo que podría pasar mis domingos allí, leyendo, o fingiendo ver a Tom jugar»

—Gracias mamá— Sonreí

—Todo para que estés bien; Ah, y la puerta del frente es el baño— explica— me atreví a dejarte unas toallas para que te asees si lo deseas, debes estar agotado de las críticas de tus tías, en una hora nos vemos abajo, descansa—al terminar de decirlo, giró en sus talones y se marchó.

Yo cerré la puerta y me recosté de esta, pensando.

«Dios, ¿porqué a mi?»

𝑳𝒂 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝑹𝒐𝒃𝒊̂𝒏 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒕 [ terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora