Capítulo 2

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Lo que pasaría después de la muerte de mi hermano no se sabía aún, debido a que por la misma ira de mi padre era posible de que escapara. Para dejar ir por un buen rato el dolor y olvidarme de los problemas, me fuí dos semanas a la casa de Draco. Es inevitable decir que soy más feliz con Draco que en mi propia casa, los señores Malfoy siempre me recibían con los brazos abiertos.

—¿Todo bien Robin?—Narcissa me miró poniendo sus manos en mis hombros con una ceja levantada mientras Draco salía.

—Claro, todo está perfecto. Ya estoy aquí—Respondí él con tono neutro.

—¿Estas seguro?—Ella no cambió su postura, trataba de descifrar que pasaba por mi mente, odiaba eso y más que me preguntaran lo que pasaba, ellos luo sabían.

—Si. Ahora, ¿puedes dejar entrara Robin Mamá?—Preguntó Draco dirigiendole una mirada de molestia siendo correspondido con una mirada igual.

—Bien... Pasa corazón, nuestra casa es tu casa—

Bueno, se que por ser un chico de 8 años, no debo hablar así, pero no lo sé ya; ya es la costumbre de que trate y me traten así. Draco por otro lado puso su brazo alrededor de mi cuello

—Sabes perfectamente que no puedo dejar hacer  que te pregunten como estás, soy totalmente capaz de impedirlo.— Suspiró.—Solo deja jugar sus tontos juegos, todos sabemos que nunca vas a estar bien, ok?.

—Como tu digas. Prometo que responderé todas las preguntas y las haré pasar como un «tonto juego», ¿feliz?— Draco sólo asintió con resignación dándose la vuelta abriendo su habitación.

—No me digas que esa sonrisa es por nada.— Dijo mientras me  miro con cierta diversión en el rostro.

—No se de que hablas, Draco, ni siquiera estoy sonriendo. Deja de hacerte ideas.

—Por supuesto, supongo que entonces no tienes nada que ver con el hecho de que Tomas Grant era tu hermano. Que bueno que me tienes a mi para estabilizarte. —Draco no eliminó el tono de burla en su voz.

—Una vez más, no se de que hablas. Malfoy puede hacer de tu vida lo que te plazca, te lo dije, no te hagas ideas. Además vengo aquí para tranquilizarme un poco—Respondí con molestia.

—Bueno, si tu lo dices. Pero ella tiene razón, tus juegos jamás terminan bien.—Respondió antes de acomodarse en la cama pata luego sacar sus muñecos.

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Pasado las dos semanas ,Narcissa su madre siempre se despide con el abrazo número mil en la entrada, no quiere llorar, pero sus ojos estan brillosos y parpadea varias veces para retener esas lágrimas que yo también quiero dejar ir; Bueno, aunque por otro lado mi papá, a golpes obviamente me enseño bien que no debo de llorar, pero mi yo interno siempre me dice que todo lo puedo, todo lo soy. No puedo dejarme vencer.

-Estaré bien, tía Narcissa.

-Lo sé mi niño, es que estoy muy dudosa de dejarte ir. Se que debes hacerlo, pero entiéndeme¿seguro que tu padre no estará en casa?.

-Si , puede ser que esté, tía. Pero te llamaré al llegar ¿sí?

-Esta bien muchachito, no botes el papel con la dirección de los Peverell, ellos te ayudarán en lo que sea.

-Aquí lo tengo, tía. No te preocupes - le asegure.

Estaba lleno de miedo, pero eso no me iba a detener de alejarme de este lugar, necesito saber como estába mamá, era posible encontrarla llorando con moretes en el cuerpo. 

—Tu primer Aparición - me pregunta Lucius,por arte de magia, ya no estábamos en la Mansión, si no a dos metros de mi casa.

-Eeh... Creo que se nota mucho- estoy jugando con mis pulgares y tengo sudores fríos.

-Solo un poco... Estos viajes pasan rápidos si respiras. Bueno, eso hace mi hijo Draco.

—Gracias, es usted muy amable.Lo tomaré en cuenta.

Al entrar a mi casa , mamá me recibió con un abrazo y me dió muchos besos en la cara; ella estaba bien, eso era un alivio para mí.

-¿Quieres algo de beber?

-Tal vez un poco de agua. – respondí

-Enseguida.

La sonrisa tranquilizadora de mi mamá me hizo tranquilizarme un poco, eso y no ver por la sala de descanso, por si acaso el señor Tom "mi papá" estuviese echado en el sillón viendo el noticiero.
¿Quién en su sano juicio , va a recibir contento a su padre abusador?

Luego de dos vasos de agua y un vaso de jugo de naranja la naturaleza hizo su trabajo y quise ir al baño, pero mi mamá estaba en el, así que esperé afuera. Escuche varios ruidos extraños y golpes en la cocina , mis ojos se abren de par en par y me alejo unos pasos de la habitación.

Mi padre, un hombre bonachón y canoso de mirada asesina y con pupilas dilatadas en sus ojos oscuros,si ,si estaba en casa .

Al regresar a la habitación del baño , me pongo a pensar en mi tía Narcissa, tenía que llamarle en cuanto llegue, es la única que me tendió la mano cuando estaba en problemas. Casi todos me dieron la espalda, no tengo amigos, mi familia... Es mejor no pensar en eso, una terca lágrima se me escapa de mi ojo izquierdo y la limpio rápido, odio llorar, es sentirse débil y ¡yo no lo soy!

-Ya llegamos, Tía- Dije por medio de un aparato que los Malfoy me habían dado para mantenerme en contacto con ellos.

—Me alegro mucho cariño—- Sonreí por el otro lado.

-Pues Gracias Tía...

-¿TIA ? -gritó mi padre desde la sala -¡A ver, presta aquí!!! -El se levantó rápidamente del Sofá y me tomó de la mano en la que sostenía el teléfono .
-TU NO LE LLAMARÁS A NADIE. ERES DEMASIADO VAGO HARRISON -
la costumbre de la casa había regresado, pero esta vez no sé cómo ocurrió, pero por fin hablé.

—YA PAPÁ— 

Luego de esto fuí corriendo a mi habitación, Error; Encontré la foto en donde estábamos en un estudio del jardín de niños.

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Lamento todo el daño que te hice Tom—Lloré, Tom era mi debilidad, y aún lo seguía siendo.

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Mi madre entró a mi habitación, me sirve de su vaso de limonada con rodajas de limón y hojitas de menta y me sonríe, su sonrisa es contagiosa y está vez sale sin esfuerzo y la imito.

—No te preocupes pequeño...- y se me queda viendo esperando que le diga lo que hice en la Mansión. Yo bajo la mirada y la vuelvo a subir y trabó mis ojos verdes hacia los suyos color miel

-Perdón mamá- digo

-No te preocupes Robín , aquí estarás bien, ya estás tu cuarto para que descanses y te refresques, ya más luego bajas para que comas algo, que ya casi esta el almuerzo— se levanta y comienza a caminar.

Yo obediente la sigo, para terminar de conocer lo nuevo que había en mi casa .

𝑳𝒂 𝑯𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒅𝒆 𝑹𝒐𝒃𝒊̂𝒏 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒕 [ terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora