Cap. 0

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Era la única y última vez que visitaría una cafetería, ¿Porque? Ni idea, solo lo haré porque no me gusta mucho la multitud y menos cuando eres “popular” entre la gente con alto poder monetario...

Al parecer en ambiente y cantidad de personas en el local eran de mi agrado, justo que cuando entre nadie me reconoció, al terminar el tintineo de la campanilla de la entrada, fui caminando rápido y silenciosamente a la mesa que quedaba junto con una gran ventana, ya con la mirada puesta en la vitrina.

Oye idiota, ¿sabes quién es el que está sentado cerca a la ventana? Parece un imbéci sentado sin pedir nada. — Pregunto Sanemi a Uzui.

Sanemi Shinazugawa, el dueño de una cafetería y al parecer no tan conocida como otros entre la multitud. Junto a él, su “amigo” si se podría decir así... Uzui Tengen, el co-dueño del lugar y también, panadero de buen gusto.

¿No lo conoces? ¿En que época vives viejo?. — Respondió Uzui.

¿Que diablos te importa? ¿Quien es o que?. — Pregunto con tono molesto.

Dios mio... El es Giyū Tomioka. — Respondió el excéntrico.

¿Que carajo? ¿Es todo?. — Volvió a preguntar molesto.

investigalo cavernícola. — Dijo al final con tono de burla. — Atiende al cliente, y agradece que el esté aquí, ya que “dicen” que el puede atraer más clientes a los lugares comerciales que entra, tonto.

Tsk, esto es un fastidio. — Dijo Sanemi al quitarse el mantel y agarrando una libreta junto con un bolígrafo.

Uzui fue caminando a la cocina, mientras yo iba a ver que quería el cliente... Al parecer el no era feo, ni tampoco tenía mala figura, el contrario, se veía apuesto y con una buena forma física. Aún que no sé quién era exactamente o que era para esta sociedad, su forma de vestir fue algo incómodo, traía puesto una sudadera de manga larga de color negro al igual sus zapatos, un pantalón de color azul oscuro y una gorra negra... Valla, que hombre tan estúpido piensa pasar así de desapercibido con algo elegante como eso.

Buen dia y bienvenido a Sanuzu, ¿en que lo puedo ayudar o traer hoy?. — Dijo Sanemi al ver al hombre.

Por otro lado, Giyū Tomioka con una expresión seria y intimidante, aún que por dentro tiene miedo a ser descubierto por esta asquerosa sociedad. No sabía que hacer o pedir, o si, pero no sabía cómo decirlo.

— Buen dia, me puede traer un pedido medio de Ohagis junto un café con poca azúcar. Para llevar, porfavor y gracias por atenderme. — Pidió Giyū al ver al peli blanco.

Bien. — Dijo Sanemi al verlo.

Mientras Sanemi iba a la cocina a preparar el pedido de Giyū, habían entrado dos personas más, al parecer dos policías los cuales eran fácil de identificar por sus uniformes, placas y rara vez katanas a sus espaldas colgando de sus cinturones.

— Vamos joven Kamado, a ver si hay donas. — dijo uno de los oficiales.

Al parecer uno de ellos era Renkogu Kyojuro junto con su su acompañante nato ya casi a graduarse de la academia Tanjiro Kamado.

¡Si, Renkogu-san!. — acertó el joven Kamado.

El joven Tanjiro se había acercado a la vitrina, y si, al parecer habían donas y de diferentes sabores. Mientras tanto su superior, Renkogu se había sentado en una de las mesas cerca a la Giyū, la cual el peli negro había reconocido el aroma del rubio rápidamente.

¡Te Amo!『Sanegiyuu』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora